Se preveía, pero aun así sorprendió. Fidel Castro no asistió al primer gran acto de celebración por su 80 cumpleaños, en el inicio de una semana de homenajes, que incluyen conciertos, exposiciones, un coloquio internacional y un gran desfile militar, el próximo 2 de diciembre en Santiago de Cuba, en conmemoración del 50 aniversario del desembarco del yate “Granma”. Castro envió un mensaje a los 1800 invitados convocados por la Fundación Guayasamín, en el que expresó que los médicos no le permiten aún participar en actos masivos, aunque sigue trabajando en tareas de gobierno. El presidente interino, su hermano Raúl Castro, tampoco participó en la gala cultural realizada el martes en el Teatro Karl Marx.

“No podía reunirlos en un pequeño local. Sólo en el Teatro Karl Marx cabían todos los visitantes y yo no estaba todavía en condiciones, según los médicos, de afrontar tan colosal encuentro”, leyó un locutor al comienzo del acto. Al final del mensaje, Castro señaló: “Me despido con gran dolor por no haber podido darles personalmente las gracias y abrazar a cada uno de ustedes. Tenemos el deber de salvar nuestra especie”. Los intelectuales que viajaron a La Habana con la esperanza de ver al Comandante intentaron no mostrarse decepcionados. “El mundo está agradecido a Fidel por su sola existencia. Claro que deseamos que aparezca, pero si no aparece está bien también. Nada de Fidel Castro puede desilusionar”, afirmó uno de los fundadores del sandinismo, Tomás Borge.

La noticia fue interpretada por algunos como la confirmación de que, cuatro meses después de la cirugía intestinal a la que fue sometido, la recuperación de Castro está siendo cuando menos compleja, y que su estado de salud es más delicado de lo que se ha dicho. Otros invitados hacían una lectura optimista. “Fidel se está cuidando, por primera vez les está haciendo caso a los médicos y hace bien en reservarse”, opinó el periodista Andrés Gómez, líder de la Brigada Antonio Maceo, organización del exilio de Miami que apoya al gobierno cubano.

Los invitados aprovecharon su visita para ver con sus propios ojos cómo funciona Cuba sin Fidel –o por lo menos, sin su participación activa–. El belga Armand Mattelart, reconocido teórico de la comunicación, opinó que la sociedad cubana está lo suficientemente organizada como para perpetuar el régimen comunista, aun después de la muerte de Castro. “Lo que vi es una sociedad que ha definido sus aspiraciones, sus deseos, se ve a unas instituciones reforzadas. Una sociedad con aspiraciones y prácticas definidas. Una sociedad compleja que encontrará una vía compleja para salir adelante”, opinó. Desde que el 27 de julio fue operado de urgencia, el mandatario cubano sólo ha aparecido en videos y fotos, vistiendo ropa deportiva y muy delgado, pero nunca en público.

En medios diplomáticos se señala que la carta de Castro sólo aludió a los actos por su cumpleaños –aplazados de agosto a diciembre a petición suya– y no se refiere al desfile militar, que es el acto que ha concentrado más expectativas. Nadie descarta aún que pueda aparecer ese día, en el que más de 300 mil personas marcharán por las principales avenidas de La Habana, junto con una demostración del poder militar de la isla –serán exhibidos Mi-17, tanques, cohetes antiaéreos y autos blindados–.

Hoy las actividades continuarán con un coloquio, en el que participarán, entre otros, Alí Rodríguez, ex canciller de Venezuela y actual embajador en Cuba, y Miguel Bonasso. Más tarde, miles de cubanos disfrutarán de un megaconcierto con artistas como el cubano Silvio Rodríguez, la sudafricana Miriam Makeba y el uruguayo Daniel Viglietti.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.