El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció ayer que trabajará con republicanos y demócratas para cambiar el “sistema inhumano actual” de inmigración y aprobar una reforma migratoria que regularice a los 12 millones de indocumentados que viven en el país. “Podemos y debemos tener un plan comprehensivo de inmigración este año en mi escritorio”, declaró Bush, quien manifestó además que su posición sobre la mencionada reforma apunta al establecimiento de un programa de trabajadores temporales y la necesidad de reforzar la seguridad fronteriza. El mandatario recordó las redadas de la semana pasada en las que fueron detenidas casi 1300 personas en sus lugares de trabajo, y muchos de los detenidos “utilizaban documentos falsos, lo que nos recuerda que el sistema que tenemos vigente hace que la gente dependa de traficantes y falsificadores para hacer los trabajos que los estadounidenses no quieren”. La reforma cuenta con el apoyo de la Casa Blanca, el ala moderada del Partido Republicano, la mayoría de los demócratas, empresarios, grupos proinmigrantes y la mayoría de los grupos religiosos.