Después de casi cuatro meses de negociación, Luiz Inácio Lula da Silva anunció que ya tiene listo el gabinete para su segundo mandato. El presidente brasileño había sido criticado por la oposición y presionado por sus aliados por demorarse tanto en tomar la decisión. Pero Lula, que goza de un alto índice de popularidad tras su reelección, necesitaba tiempo para lograr convencer a su fuerza, el Partido de los Trabajadores (PT), para que cedieran espacios a los partidos aliados, especialmente al centrista Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que cuenta con la primera minoría en el Congreso nacional. Aunque el nuevo gabinete terminará de asumir la próxima semana, hoy será la ceremonia simbólica, aprovechando la jura de los ministros de Justicia, Tarso Genro; de Salud, José Gomes Temporao, y de Integración, Geddel Vieira Lima.

Gomes Temporao y Gueddel Vieira Lima pertenecen al PMDB, que manejará en total cinco ministerios en el gobierno de coalición diseñado personalmente por Lula. Los otros ministros del PMDB serán Helio Costa, de Comunicaciones, y Odilio Balbinotii, de Agricultura. Este último es el mayor productor brasileño de semillas de soja, con una fortuna estimada de 62 millones de dólares, y tiene un proceso abierto por fraude. Lula ayer se ocupó de defender a sus futuros ministros de Educación y Salud, dos técnicos. El ministro de Educación será Fernando Haddad, afiliado al PT, pero sin peso real en la estructura de la organización. Lo mismo ocurre con el médico José Gomes Temporao, considerado un técnico, quien recién el año pasado se afilió al PMDB.

El futuro ministro de Desarrollo es uno de los puestos que aún no fue definido por Lula. Entre los candidatos están los empresarios Jorge Gerdau y Walfrido Mares Guia. Cualquiera de ellos dos marcaría una relativa continuidad con la actual conducción de esa cartera, que está dirigida por el empresario Luis Fernando Furlang, un hombre vinculado a la Federación de Industriales de San Pablo. Los otros partidos aliados que serán parte del gabinete, aunque con una participación mucho menor que el PMDB, son el Partido Republicano, Partido Popular, Partido Democrático de los Trabajadores, Partido Comunista de Brasil y, probablemente, Partido Socialista Brasileño.

El diseño del nuevo equipo respeta las relaciones de fuerza existentes dentro del PT, en donde se juega una disputa entre el Campo Mayoritario, conducido por el ex jefe de gabinete José Dirceu, y varias corrientes opositoras, que tienen como vocero principal al futuro ministro de Justicia, Tarso Genro. Marta Suplicy, probable ministra de Turismo, pertenece al grupo de Dirceu, quien quedó fuertemente desacreditado después de los escándalos de corrupción que tumbaron a la antigua cúpula petista. Suplicy, una posible presidenciable del PT para el 2011, será premiada por conducir la exitosa campaña de Lula en San Pablo para el ballottage, aunque el presidente le negó un ministerio de alta exposición.

A pesar de la mayor presencia del PMDB y de los partidos de la base aliada, los pesos pesados seguirán siendo los mismos en Brasilia. La jefa de gabinete, Dilma Rousseff, se mantendrá como la funcionaria más fuerte del gobierno y como una de las artífices del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el megaplán de inversiones que marcará el rumbo económico de este segundo mandato de Lula. También continuarán en sus cargos el ministro de Hacienda, Guido Mantega, y el presidente del Banco Central, con rango de ministro, el ex banquero Henrique Meirelles.