Fidel Castro sigue en su campaña en contra de los biocombustibles, aunque esta vez rescató a su amigo Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los principales promotores de este tipo de energía en la región. “Sentimos un profundo respeto por el hermano pueblo de Brasil”, destacó el líder cubano en su último editorial publicado ayer. En el artículo, Castro recordó su infancia junto a las plantaciones de caña de azúcar para explicar las secuelas que deja ese tipo de producción. “En el caso del etanol, el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar contaminan los suelos y las fuentes de agua potable, porque utiliza una gran cantidad de productos químicos”, escribió en el diario oficial Granma.

Fidel intentó rescatar al presidente brasileño, después de cuestionarlo fuertemente en sus últimos editoriales por su alianza con George Bush para alcanzar una producción masiva de biocombustibles, en el caso brasileño, el etanol a partir de la caña de azúcar. Recordó y elogió la iniciativa de Lula para llegar a un acuerdo con el gobierno boliviano sobre las dos refinerías de Petrobras nacionalizadas y por su determinación a la hora de quebrar una patente de una farmacéutica transnacional para la producción y comercialización en Brasil de un medicamento contra el sida. Desde Brasilia, agradecieron los elogios, pero rechazaron las críticas del presidente cubano. “La posición de quien teme la expansión de los biocombustibles, en detrimento de la producción de alimentos, presupone que la pobreza y el hambre son resultado de la escasez de alimentos y no se trata de eso”, aseguraron desde el Ministerio de Agricultura.

El de ayer fue el séptimo editorial que publicó Fidel, mientras se recupera de su operación intestinal de junio pasado. Además de criticar los biocombustibles, el veterano líder cubano dirigió su pluma contra el anticastrista Luis Posada Carriles y Washington.