Miércoles, 16 de mayo de 2007 | Hoy
EL PAíS › SE REUNEN FUNCIONARIOS CON EL GREMIO DOCENTE DE SANTA CRUZ
Trabajo convocó para hoy, a las 15, al gremio docente de Santa Cruz, a la Ctera y a los funcionarios provinciales. Se espera una nueva oferta salarial tras el rechazo de la conciliación obligatoria.
Por Nora Veiras
“Mañana (por hoy) sabremos si es pato o gallareta”, dijo un dirigente docente a última hora de la noche al confirmarse una cita para hoy, a las 15. Desde la mañana, los sindicalistas del gremio docente de Santa Cruz (Adosac) y de la Ctera estuvieron expectantes de la convocatoria a una reunión formal para conocer la nueva oferta salarial. El gobernador Daniel Peralta llegó por la tarde a Buenos Aires y se entrevistó en la Rosada con el presidente Néstor Kirchner, quien monitorea minuto a minuto la incipiente apertura del diálogo. Antes de partir de la provincia recibió en su casa la visita del obispo Juan Carlos Romanín. El objetivo es sembrar un terreno de diálogo en un clima que sigue siendo más que tenso después de la represión a los municipales, el recambio de gobernador, el escrache a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y la protesta docente que ya lleva más de dos meses.
El ministro de Economía, Juan Bontempo, y su par de Educación, Silvia Esteban, llegaron anteayer de Río Gallegos para discutir en Buenos Aires los números que permitan definir una propuesta salarial. Los santacruceños estuvieron con funcionarios de la cartera educativa nacional y de Trabajo. También se sucedieron los intercambios telefónicos con el secretario general de Adosac, Pedro Muñoz, y el dirigente de Ctera, Francisco “Tito” Nenna. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, fue el encargado de precisarle a Muñoz que la cita se concretará finalmente hoy.
“En la provincia se creó mucha expectativa. Tendrían que haber hecho antes los números”, se lamentaba un dirigente gremial. Los negociadores oficiales se mostraban aterrados de cualquier filtración. En la Rosada, dejaron trascender que el gran problema es cómo rediseñar la composición del salario para evitar que un aumento en el básico de 161 pesos repercuta en una escala que lleve a los cargos más altos, como supervisores, a cifras astronómicas.
La dificultad para alcanzar una solución refleja, en rigor, la distorsión que se arrastra desde hace más de quince años en los ítem que integran el sueldo docente: un básico de 161 pesos, 250 pesos de presentismo, 600 pesos de una suma no bonificable ni remunerativa, entre otros, hasta llegar a un inicial de 1800 pesos para el maestro de grado que recién se inicia. El problema es que los plus por antigüedad (el 120 por ciento a los 25 años) y por zona y los aportes jubilatorios y sociales se calculan sobre el básico. Al elevarlos el impacto en la masa salarial es alto. Hasta ayer, se pensaba que con una oferta que llevara el básico a unos 500 pesos, más la devolución de los salarios caídos por los días de huelga y el compromiso de rediscutir la escala salarial podría lograrse el reinicio del ciclo lectivo, sin embargo anoche voceros oficiales aseguraban que “hay que rediseñar todo sino se profundiza la distorsión”.
El 5 de marzo, el conflicto se desató porque el gobierno del ex gobernador Carlos Sancho se negó a iniciar una política de blanqueo salarial. Es más, se otorgó un aumento de 300 pesos no remunerativos ni bonificables. Desde entonces, la protesta entró en una espiral en la que lo único que primó fue la ausencia de diálogo. El oficialismo, con la venia de la Rosada, apostó al desgaste de la huelga docente y se ofuscó ante las marchas frente a la casa de Kirchner. Las críticas del obispo Romanín caldearon aún más el ánimo presidencial. Hace diez días, hubo un intento de acercamiento con las negociaciones en Trabajo y la participación del ministro de Educación, Daniel Filmus, Ctera, Adosac y los funcionarios de Santa Cruz. La oferta de elevar sólo 50 pesos el básico opacó cualquier acercamiento. El gremio ratificó las medidas de fuerza, Trabajo dictó la conciliación obligatoria y los docentes la rechazaron. En el medio, una protesta de los municipales de Río Gallegos fue reprimida con una balacera de gomas y gases. Una movilización multitudinaria repudió la agresión y Sancho tuvo que renunciar. El viernes asumió Peralta y el sábado fue escrachada Alicia Kirchner.
Esta semana empezó con otros cinco días de huelga de maestros y profesores. Peralta hizo gala de una actitud dialoguista. Ayer se comunicó con el secretario general de los municipales Pedro Biott, uno de los heridos en la represión, y le aseguró que convocará a paritarias, negociaciones que están suspendidas desde más de quince años. Los docentes esperan que hoy se precise la oferta. Filmus, quien en medio de su campaña electoral a jefe de Gobierno porteño se la pasa respondiendo sobre Santa Cruz, dijo que “no puede haber un día más sin clases”. Los colaboradores de Peralta coincidieron en que “los chicos tienen que volver a clases lo antes posible”, negaron que ayer haya habido un encuentro oficioso con sindicalistas y pusieron todas las fichas en la reunión prevista para esta tarde.
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