El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue ayer el gran ausente en la ceremonia de apertura del III Congreso Nacional de su Partido de los Trabajadores (PT), que se realiza hasta el domingo en San Pablo. Según informaron voceros de la presidencia en Brasilia, Lula da Silva decidió que recién irá al III Congreso hoy y por ese motivo no participó en el acto de inauguración, que se realizó ayer.

La reunión que definirá los rumbos del partido oficialista frente a las elecciones municipales de 2008 y a los comicios presidenciales, parlamentarios y provinciales de 2010, se realiza en medio del trauma que representó la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) de enjuiciar a siete destacados integrantes del PT por cargos de corrupción y asociación criminal. Entre los acusados de vínculos con un escándalo de compra de apoyo parlamentario mediante el pago de sobornos está la cúpula del partido y el “hombre fuerte” del primer gobierno de Lula, José Dirceu. Este, quien afirma que es inocente, confirmó que participará “como militante” en el III Congreso del partido, donde también se espera a varios otros políticos implicados en el escándalo.

La agenda del encuentro, que empezó a ser debatida ayer, incluye tres temas principales: “El Brasil que queremos”, “Socialismo petista” y “PT: concepción y funcionamiento”. En este último rubro, los cerca de 3000 militantes esperados en el III Congreso deliberarán sobre la duración de los mandatos de sus dirigentes. Por las normas actuales, la próxima renovación de la dirigencia del partido tendrá lugar en 2008, juntamente con las elecciones municipales. El grupo de petistas comandado por Dirceu desea aumentar la duración de los mandatos de tres a cuatro años. Otras facciones, minoritarias y comandadas por el actual ministro de Justicia, Tarso Genro, quieren acortar los mandatos a dos años.