Tras la liberación de los rehenes, Cristina Kirchner se sumó a los pedidos por la ex candidata colombiana Ingrid Betancourt y solicitó al gobierno de Alvaro Uribe que haga todo lo posible para que el canje humanitario pueda producirse. La Presidenta ratificó la voluntad de la Argentina de articular esfuerzos por la libertad de los rehenes. “Todos los países nos hemos comprometido muy fuertemente en esta tarea absolutamente humanitaria.” Aludió así, sin nombrarlo, al arco de apoyos que las gestiones de Hugo Chávez vienen recibiendo por parte de Cuba, Brasil, Francia y la Argentina.

La Presidenta se involucró en el tema de los rehenes de las FARC desde los días de su asunción, cuando los familiares de Betancourt consiguieron una entrevista con ella en la que le pidieron su respaldo. Luego, Néstor Kirchner fue a Colombia liderando la misión internacional convocada por Chávez, un viaje del que volvería con las manos vacías y serios reproches al desempeño del gobierno colombiano. Las críticas en ese entonces fueron recíprocas. Uribe desplazó entonces al grupo de países que habían apoyado a Chávez de todo tipo de mediación oficial y propuso en cambio que la Iglesia colombiana se hiciera cargo de las negociaciones. Al mismo tiempo, cuidó de mantener una relación fluida con los llamados “países amigos”: Suiza, España y Francia. En su esquema, estas naciones serían las que vendrían a reemplazar el protagonismo de Venezuela, Argentina y Brasil.

La idea de reflotar al grupo, sin embargo, vuelve a cobrar fuerzas en estos días. Se debe a que Nicolas Sarkozy estuvo en Brasil junto a Luiz Inácio Lula da Silva conversando con perfil bajo sobre tal posibilidad y a que luego el canciller francés, Bernard Kouchner, le pidió a Uribe que aceptara una nueva mediación de Hugo Chávez.

Cristina Kirchner habló del tema en la Casa Rosada, durante el acto de lanzamiento del Plan Federal de Infraestructura para la Ciencia y la Tecnología. “No podemos menos que celebrar, todos los argentinos, la liberación de cuatro rehenes y, además, dados los testimonios que se han obtenido acerca de la salud de Ingrid Betancourt, demandar, pedir, rogar una vez más por su liberación y la de los otros prisioneros.” Sostuvo además que ese objetivo está “desprovisto de identidades o pertenencias ideológicas, que todos tenemos, pero que debemos separar al momento de la vigencia de los derechos humanos”.

El miércoles, luego de la liberación de los rehenes, la guerrilla anunció que ésa sería la última liberación unilateral y que ahora espera que se abran negociaciones con el gobierno de Colombia. A pesar del sigilo que se mantiene sobre el punto, en la Cancillería argentina señalan que las conversaciones continúan y no niegan que el país todavía está a disposición de un nuevo llamado.