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Hacía mucho tiempo que la elección del Premio Nobel de la Paz no recibía una respuesta tan dividida entre los líderes y los gobiernos del globo. “¿Quién, Obama? ¿Tan rápido? ¡Demasiado rápido! No tuvo tiempo de hacer nada. Por ahora, lo único que hace es proponer”, le dijo a la prensa Lech Walesa, el veterano líder del sindicato polaco Solidaridad y Premio Nobel de la Paz 1983 al enterarse de la noticia.

Pocos tuvieron esa reacción y ese nivel de espontaneidad. La mayoría de los Nobel de la Paz celebraron la designación del presidente norteamericano Barack Obama. “Obama aportó a toda la humanidad una nueva esperanza. Bajo su liderazgo, la paz se ha convertido en una verdadera prioridad. Muy pocos líderes han logrado cambiar el espíritu del mundo en tan poco tiempo y con semejante impacto”, señaló el presidente israelí y Premio Nobel de la Paz 1994, Shimon Peres. Con palabras similares festejaron sus pares Mijail Gorbachov, Mohamed El Baradei, Jimmy Carter, Oscar Arias y Rigoberta Menchú.

“El Nobel para Obama es un acto de justicia y un gran reconocimiento, no por ser presidente de los Estados Unidos, sino porque es una personalidad de mucho carisma y pensamiento progresista”, aseguró Menchú, líder indígena de Guatemala. En la región se sumaron a la lluvia de felicitaciones Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil; Michelle Bachelet, en Chile; Manuel Zelaya, en Honduras; Alvaro Uribe, en Colombia.

Pero no todas fueron palabras de admiración. Desde Venezuela, el gobierno chavista matizó las bondades del presidente norteamericano. “Como dijo el presidente Hugo Chávez en la ONU, el de Obama es un gobierno que ha creado expectativas y esperanzas en el mundo, en medio de grandes contradicciones”, aseguró el canciller Nicolás Maduro. Desde la otra punta del mundo, su par y aliado iraní fue menos sutil. “Si la obtención de ese premio estimula el rechazo de la política belicista y unilateral de las precedentes administraciones estadounidenses y genera una actitud basada en la paz, entonces no nos oponemos”, señaló Manoucher Mottaki. En Medio Oriente, Hamas y el movimiento talibán también rechazaron la designación de Obama.