Por segundo día consecutivo se produjeron ayer enfrentamientos entre palestinos que arrojaban piedras y soldados israelíes en el puesto de control de Qalandia, a mitad de camino entre Jerusalén y Ramalá. Decenas de palestinos se reunieron en el puesto de control y atacaron con piedras a los soldados israelíes, que respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma, causando heridas a al menos 17 personas, indicaron médicos de la Media Luna Roja.

Enfrentamientos similares, aunque menos intensos, tuvieron lugar en el campamento de refugiados de Shufat, al norte de Jerusalén, pero no se reportaron heridos. También hubo choques en otras localidades en Cisjordania, principalmente en el área de Hebrón, en el sur, que dejaron varios heridos leves. Jerusalén, en cambio, estaba en una relativa calma luego de que los palestinos tuvieran un “día de ira” para protestar contra las medidas israelíes en la zona ocupada de la ciudad.

Israel levantó ayer el cierre impuesto hace cinco días a Cisjordania, según informó un portavoz militar en Tel Aviv. Además, la policía levantó la prohibición de visitas turísticas al Monte del Templo (Haram al Sharif para los musulmanes), en el casco viejo de Jerusalén, el tercer lugar más sagrado del Islam, así como a la mezquita Al Aqsa.

El martes, unos cien palestinos resultaron heridos, la mayoría de ellos de forma leve, y la policía arrestó a más de 60 durante los enconados enfrentamientos callejeros entre jóvenes palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes en diversos puntos de la parte oriental de Jerusalén. Los palestinos protestaban contra la reapertura de una sinagoga en la Ciudad Vieja de Jerusalén.