Una persona murió y otras diez resultaron heridas ayer cuando una granada de fragmentación explotó en una cafetería en Medellín, Colombia. Según la Policía Metropolitana, un grupo de desconocidos tiró la granada dentro del local, donde desayunaban diez personas. De los diez heridos, sólo quedaron internados graves, según el jefe policial, el coronel Luis Eduardo Martínez Guzmán. Los medios locales informaron anoche que una persona fue detenida por la policía, pero se desconoce su identidad. La cafetería se encuentra en el populoso barrio de Aranjuez-San Isidro, en el noreste de la ciudad. Martínez Guzmán especuló ayer que el atentado sería parte del enfrentamiento que mantienen desde hace meses dos bandas criminales por el control del negocio del narcotráfico en la zona. Medellín fue uno de los epicentros de la violencia que azotó al país en los años ochenta, pero en los últimos años los asesinatos, enfrentamientos y atentados parecen haber resurgido, producto del vacío de poder que dejó la caída de la cúpula paramilitar y los viejos cárteles del narcotráfico.