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Antes de que Powell presente una sola de las prometidas “pruebas” contra Irak, el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, aclaró que ante amenazas como la que representaría Saddam Hussein la prioridad no es presentar pruebas para demostrar que tiene armas de destrucción masiva, sino la seguridad nacional. “En los tribunales de nuestro país es costumbre buscar elementos que puedan probar la culpabilidad más allá de una duda razonable. Este enfoque, por su puesto, es adecuado cuando el objetivo es proteger los derechos del acusado”, dijo Rumsfeld. “Pero, en una era de armas de destrucción masiva que pueden matar a decenas de miles de personas inocentes –añadió el secretario de Defensa–, nuestro objetivo debe ser tomar todas las medidas razonables para proteger las vidas de nuestros ciudadanos.” En otras palabras, nadie debe esperar de Powell lo que habitualmente se conoce como “pruebas” en cualquier juicio que pudiera afrontar un norteamericano en su país. Saddam, después de todo, es sólo un iraquí.