El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió ayer en la Casa Blanca con un grupo de líderes empresariales, a los que llamó a unirse en sus esfuerzos para presionar a los republicanos en el Congreso para que se apruebe, de forma urgente, una reforma migratoria. “No hay razón alguna por la que no podamos conseguir esto antes de fin de año”, afirmó Obama ante más de media docena de directivos de empresas como Motorola, McDonald’s, Marriott y Lockheed Martin. El mandatario manifestó su intención de “amplificar este tema en las próximas semanas” y para ello dijo esperar contar con líderes empresariales como los congregados en la Casa Blanca, al igual que con los numerosos religiosos, agentes de la ley o meros ciudadanos que también luchan para que “los colegas en el Capitolio hagan lo correcto”.