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Vaticinio. Según los testigos de la entrevista de ayer a la mañana con Tabaré Vázquez, el presidente Néstor Kirchner le contó que se había emocionado el martes al cruzar la plaza Independencia desde el palacio presidencial hasta su hotel, cuando mucha gente lo abrazó y unos chicos de guardapolvo blanco le pidieron autógrafos. Para Kirchner, la reunión con Tabaré, en el primer día hábil después de la asunción, fue también el final de un ciclo que comenzó cuando en una Cumbre Iberoamericana en Santa Cruz de la Sierra, en el 2003, le reclamó a Jorge Batlle que ubicara el cuerpo de la desaparecida María Claudia García Iruretagoyena, nuera del poeta Juan Gelman. Batlle no lo hizo. “No importa, ya lo va a arreglar, Tabaré”, dijo entonces Kirchner en una mezcla de amenaza y pronóstico.

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Criterios. “Determinar la suerte corrida en Uruguay” por María Claudia, tal como dice textualmente el acuerdo firmado entre Vázquez y Kirchner, es algo que puede hacerse sin ninguna interpretación especial de la ley por la que el Estado no puede perseguir a los autores de los delitos de la dictadura. En cambio, ubicar a los responsables y llevarlos a la Justicia sería un paso distinto. Pero, igual que en la Argentina, las primeras investigaciones no incluyeron el robo de bebés como parte del plan sistemático del terrorismo de Estado. María Claudia fue secuestrada en medio de su embarazo. Su hija nació en cautiverio y vive hoy en Uruguay con su identidad restituida luego de la investigación que el propio Gelman encabezó durante muchos años. El hecho de que el delito haya comenzado en Buenos Aires, donde se produjo el secuestro, también podría ser un elemento importante para imponer un criterio nuevo en Uruguay.

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Tesorero. La Ley de Caducidad, que le dio forma a la impunidad de los delitos de la dictadura, fue promulgada luego de un referéndum convocado en 1989. La consulta, realizada en medio de una campaña en la que los sectores conservadores jugaron con el miedo a la izquierda, terminó con la victoria de los partidarios de poner un punto final. Del otro lado funcionó una comisión que integraron, entre otros, los escritores Mario Benedetti y Eduardo Galeano. Los dos se maravillaban con el secretario de finanzas de la comisión, un médico de bajo perfil a quien dudaban si considerar mártir o mago por su trabajo. Se llamaba Tabaré Vázquez.

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Kryptonita. El presidente venezolano, Hugo Chávez, empleó casi cuatro horas para llegar a una conferencia en el salón de actos de la intendencia de Montevideo. Los organizadores debieron apelar a recursos variados para paliar la espera de los asistentes, entre ellos la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe Bonafini, quien había estado en el Congreso durante la asunción de Tabaré, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Nora Castro. Hubo un recital improvisado de Mario Carrero. Y la televisión, que transmitía en directo, apeló a material grabado. Un tramo de Chávez: “Superman es Superman pero nosotros tenemos kryptonita de la roja. Hay verde y hay roja. Nosotros tenemos de la roja. Si un magnicidio llegara a ocurrir, yo no lo veré pero que se olviden los Estados Unidos de una gota de petróleo de Venezuela. Y lo pagarían, si hoy está a 50 dólares el barril, a 100 dólares. Hoy nosotros les vendemos el 15 por ciento de su consumo diario”.

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Sonidos. “Tabaré suena a libertad, a pueblo, a grandeza”, dijo Chávez en diálogo con el público. “Lula no es Lulá, es Lula”, dijo entre risas. “Con ellos estuve en una visita.” Después informó que hace un año Venezuela inició un convenio “con ese otro compañero y hermano, Néstor Kirchner, para cambiar fuel oil por productos argentinos”. Lo mismo hará con Uruguay, que recibirá crudo.

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Ayuda. “Cruzábamos la plaza Independencia, después de la transmisión del mando, y se me acerca un hombre. ‘Yo soy de los piqueteros’, me dijo. Entonces él lanza una crítica contra su presidente, que va allá, más adelante, en la misma plaza. ‘Espera’, le dije. Y lo tomé del brazo. No le dije lo que dijo Mao, pero se lo dije de otra manera. Se podrá criticar a los hombres del nuevo equipo (porque estamos armando un equipo) pero es toda gente con nuevas ideas. Por eso acá, también, cuiden a Tabaré. Tengan paciencia.” (De Chávez en auxilio de Kirchner y Vázquez, durante la conferencia.)

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Película. Fernando “Pino” Solanas caminó a toda hora por Montevideo con una camarita. Sobre todo filmó gente. Se metió en los festejos, interrumpió a las camionetas para que los de encima de la caja tocaran y bailaran candombe delante del objetivo y recorrió hasta el infinito la 18 de Julio.

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Invitadas. Susana Rinaldi, cantante de tangos y ex candidata a senadora suplente por el socialismo detrás de Alfredo Bravo, fue una de las invitadas a la asunción de Tabaré Vázquez. “Hizo un discurso humanista, coherente con él, un hombre que no dice frases hechas ni lugares comunes”, dijo. También estaba emocionada Mirtha Legrand, otras de las invitadas. “Uruguay se va para arriba”, dijo. “Tabaré tiene una gran humanidad y para mí fue un honor estar invitada, algo que nunca me pasó en la Argentina.”

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Cerveza. La Pasiva es una cadena de cervecerías del Uruguay. La más vieja está en avenida 18 de Julio y Ejido, en una esquina bien céntrica de Montevideo. El 31 de octubre pasado, cuando terminó el escrutinio y se levantó la veda de alcohol en las elecciones, el festejo fue tan impresionante que la cerveza, suelta y en botella, se agotó. Los mozos no recordaban ningún caso igual. Era la primera vez en los 40 años del negocio. Pasó por segunda vez el martes a la noche, después de los actos por la asunción de Tabaré. De alcohol, cero. No había ni caña marca Ancap, la que fabrica la empresa estatal de alcoholes y petróleo.

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Reemplazo. José Mujica asumió el martes como ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca y dejó el Senado. Por su agrupación del Frente Amplio, el Movimiento de Participación Popular, juró ayer el primer suplente, Leonardo Nicolini. Ex diputado y periodista, Nicolini se encargó de organizar el voto de los uruguayos residentes en la Argentina, claves para que el 31 de octubre la izquierda superase el 50 por ciento en la primera vuelta, sin necesidad de un ballottage.

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Coches. Los analistas escarban en los primeros gestos de Tabaré. El martes usó dos autos para recorrer las 20 cuadras que van del Congreso a la Casa de Gobierno. Uno, un Ford T modelo 1917 de su suegro. Una “cachila”, como llaman en Uruguay a los autos viejos. El otro, una camioneta con carrocería uruguaya, marca Mahindra. “A los pobres les gusta el lujo”, citó Rafael Bayce en la revista Caras y Caretas, usando palabras del director de la escola de samba brasileña Beija Flor. “Son los intelectuales los que quieren la pobreza.” La conclusión de Bayce es que la elección de los autos les debe haber gustado a los trabajadores, por la moderación del lujo; a la izquierda, por la “retórica nacionalista”; y a la clase alta, “porque lo verá como políticamente y como un tributo a los vehículos de sus ancestros y a los esfuerzos industrializadores actuales”.

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Números. El Plan de Emergencia, prioridad social de Tabaré, se propone atender a 180 mil personas en los próximos dos años, con un presupuesto anual de 100 millones de dólares. La población que atenderá está formada por indigentes con ingresos mensuales inferiores a 1128 pesos (unos 45 dólares).

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Visita. Cada crucero que llega al puerto de Montevideo descarga cientos de turistas. Hasta ahora tenían un recorrido obligatorio: el mercado viejo, con buena parrilla. Estos días incorporaron la casa de Tabaré Vázquez, en el barrio El Prado, Lucas Obes esquina Buschental. El turismo se reforzó desde que saben que Tabaré decidió seguir viviendo en su casa y no usar la residencia presidencial.