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Por D.P.
Desde Caracas

“Los círculos bolivarianos/ no son pandilleros/ no son delincuentes/ son gente de bien/ que aman su presidente”. Megáfono en mano, Auspicio Viloria, “el trovador de Dios”, voceaba ayer por la mañana sus coplas en favor de Hugo Chávez sobre el puente Llaguno en el Centro de Caracas. El lugar se ha vuelto un bastión chavista: allí se parapetaron los simpatizantes del presidente el 11 de abril para evitar la caída del Palacio de Miraflores, ubicado a metros del puente. Una cruz de madera de dos metros, decorada con flores de papel maché y una banda amarilla, azul y roja (colores patrios), fue colocada sobre la baranda del puente. Gran parte de los 17 muertos en los enfrentamientos del “11-A” cayeron en los alrededores del puente ubicado en la Avenida Urdaneta.
En un pequeño altar y entornado por cuatro velas fue colocado un crucifijo en el que dice “Q.E.P.D, caídos por la patria”. “La revolución sin justicia no es revolución. Justicia o guerra”, “Milicia popular, prepárate para luchar”, “La CIA no pasará” son otras consignas escritas a mano sobre cartulina, a un metro del templete. A un mes del efímero golpe protagonizado por el empresario Pedro Carmona Estanga y fuertemente respaldado por las clases medias y parte de las fuerzas armadas, Venezuela es un país en vilo. A pesar de las declamadas intenciones de diálogo, gobierno y oposición parecen marchar hacia otro choque de trenes. Los rumores de golpe se han vuelto moneda corriente: el último de ellos comenzó circular el jueves y aseguraba que Chávez sería depuesto en ausencia. La versión caló en el entorno presidencial donde evaluaron la posibilidad de suspender el viaje. Finalmente. y luego de recibir en la misma semana a Hebe de Bonafini y al activista francés José Bové, Chávez se embarcó hacia Madrid ese día.
A la usina de versiones se sumaron gestos que agregaron más tensión al escenario. Esta semana acabaron abruptamente las conversaciones entre gobierno y empresarios cuando Fedecámaras anunció su salida de la mesa de diálogo. Con ello se desplomó el principal puente entre las partes enconflicto. Uno de los argumentos patronales fue la poca disposición oficial a desactivar los “Círculos Bolivarianos”, a los que acusan de ser “grupos paramilitares y facciosos”.
El mismo día que los patrones cortaban el diálogo, el general de división Néstor González González calificaba a Chávez de cobarde y hacía una virtual convocatoria sediciosa. Ante la Asamblea Nacional el general González también acusó al gobierno de afinidad con las FARC colombianas y de alentar a los “Círculos Bolivarianos”.
Con su intervención González González quedó bien rankeado como uno de los líderes de un hipotético segundo golpe, en lo que es otro dato del actual cuadro: la abierta politización de la Fuerza Armada Venezolana.
explica el poeta Auspicio Vilora a Página/12 en el puente Llaguno, blandiendo una Constitución de bolsillo: “Esta es nuestra Biblia, señor, y si la oligarquía quiere violarla estamos dispuestos a morir para defenderla y para defender al presidente Hugo. Si se meten con la revolución va a correr sangre”.
Los “círculos” son núcleos de menos de 10 personas, células de formación y acción política, que han ganado fuerza en barriadas populares como el 23 de Enero y la Catia, donde se concentran los mayores bolsones de miseria caraqueño y de adhesión chavista. “Ríos humanos bajaron de los cerros el 12 de abril para defender a Chávez y van a bajar nuevamente si hay otro golpe, estamos en una carrera suicida que parecen querer llevarnos a una tragedia, porque las clases medias también están furibundas contra el gobierno y ya se vio que salieron y seguirán saliendo”. El análisis es de Teodoro Petkoff, uno de los opositores más calificados del gobierno y editor del diario Tal Cual.
“Chávez tiene que dejar de echar gasolina porque el fuego puede acabar con todo” dijo Petkoff a Página/12 y completó: “Venezuela está presa de la irracionalidad cruzada por todo tipo de enfrentamientos, no hay ningún punto de consenso, es dramático, pero el único consenso que hay en este momento es que otro golpe puede venir de un momento a otro”.