Los principales funcionarios de la campaña de Calderón reconocen que han perdido terreno en la guerra de relaciones públicas con López Obrador, desde que ambos candidatos se atribuyeron la victoria la noche de las elecciones. Según advierte el diario estadounidense The Washington Post, el mensaje de López Obrador sobre el recuento de votos es conciso y pegadizo: “Voto por voto, centro de votación por centro de votación”. El tono de Calderón –base de sus argumentos legales contra el recuento– es más matizado y no sirve para un slogan. Y su mensaje ha sido menos consistente. Calderón sostiene que la ley mexicana permite el recuento de las mesas de votación sólo cuando se hayan encontradas claras inconsistencias. El New York Times y el británico Financial Times han pedido un recuento, como lo hizo el grupo de derechos humanos Global Exchange, que envió los equipos de observadores a México. Calderón ha estado tratando de convencer a publicaciones influyentes por teléfono, y sus asesores han viajado a Estados Unidos para abogar por su caso en las juntas editoriales y en los mercados financieros. “Yo gané la elección. Es muy importante que la gente sepa esto”, dijo Calderón en una reciente llamada telefónica a un importante editor del Post.