Amnistía Internacional acusó al movimiento islámico libanés Hezbolá de cometer crímenes de guerra al tomar deliberadamente a civiles israelíes como objetivo de sus misiles. Los 4000 cohetes que el grupo lanzó hacia el norte de Israel durante la guerra en el Líbano, mataron a 43 civiles, hirieron gravemente a 33 y forzaron a otros cientos de miles a vivir en refugios. El informe de Amnistía es el último repaso que se hace de la guerra de 34 días en la que ganadores y perdedores todavía están tratando de explicar qué pasó, justificar su conducta y evadir las responsabilidades. No obstante, el balance de destrucción es peor para los libaneses con al menos mil civiles muertos y pueblos enteros destruidos por las bombas israelíes. Amnistía indicó que Hezbolá lanzó alrededor de 900 cohetes Katyusha intrínsecamente imprecisos a zonas urbanas y los equipó con bolas metálicas, que son letales a 300 metros. “La escala de los ataques de Hezbolá sobre las ciudades y pueblos israelíes, la naturaleza indiscriminada de las armas utilizadas y declaraciones de los líderes confirmando su intento de tomar como objetivo a civiles, dejan muy claro que Hezbolá violó las leyes de la guerra”, dijo Irene Khan, la secretaria general de Amnistía Internacional. “El hecho de que Israel también haya cometido serias violaciones no justifica de ninguna manera las de Hezbolá. Los civiles no deben pagar el precio de las conductas ilegales de ninguno de los lados”, agregó.