Jueves, 14 de septiembre de 2006 | Hoy
El grupo reunido en La Habana está formado por una mezcla de países antiimperialistas con otros moderados. El desafío es consensuar la agenda.
Por M. Vicent Juan Jesús Aznarez *
Desde La Habana
El lenguaje y las políticas radicales defendidas por los gobiernos adversarios de Estados Unidos en la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados –MNOAL– chocan con posiciones más moderadas o incluso aliadas de Washington y demuestran la dificultad de conseguir la unidad de un grupo que quiere jugar un papel más decisivo en la escena internacional. Los intereses de Cuba, Venezuela, Bolivia, Irán y Siria, entre otros, difieren de los de Marruecos, Afganistán, India, Chile o Kuwait y esa circunstancia se ha hecho evidente y complica el consenso sobre asuntos como el conflicto de Medio Oriente, el derecho iraní a enriquecer uranio, el Líbano o la definición misma del término “terrorismo”.
El proyecto de declaración final presentado por Cuba condena “enérgicamente los indiscriminados y generalizados ataques aéreos y bombardeos perpetrados por Israel contra los civiles, la infraestructura civil y los bienes privados de ciudades y pueblos libaneses”. También critica abiertamente la política de Estados Unidos respecto de Venezuela y el aumento de las acciones “encaminadas a afectar la estabilidad de Venezuela, incluido el reciente establecimiento de una oficina para intensificar el espionaje y la recopilación de material de inteligencia contra Venezuela y Cuba”.
En su discurso inaugural de la reunión de cancilleres, el vicepresidente cubano, Carlos Lage, criticó ayer a Washington en unos términos cuya dureza no asumen parte de los 116 país representados en el MNOAL, algunos de los cuales reciben cuantiosas ayudas financieras norteamericanas. “Una verdadera dictadura mundial se quiere imponer mediante la guerra y el poder económico”, dijo Lage. “La potencia hegemónica exige que los autores de crímenes en cualquier parte del planeta deban ser juzgados e incluso extraditados a EE.UU. –agregó– y por otra parte los militares norteamericanos, por iguales y peores crímenes, han de tener inmunidad, o no hay créditos ni ayudas económicas.”
Según fuentes diplomáticas, varias delegaciones han expresado sus objeciones al lenguaje “radical” del borrador presentado por Cuba y buscan moderar su tono y contenidos, aunque se da por descontado que las naciones del MNOAL incluirán en la declaración final un párrafo de condena al embargo norteamericano contra la isla y de apoyo a la reclamación cubana de recuperar la soberanía de la base de Guantánamo. La diplomacia cubana se ha movido con cautela e incluso ha retirado de las discusiones un documento sobre cooperación en el que proponía que el MNOAL promoviera campañas de alfabetización y programas médicos, según el esquema que desarrolla La Habana con algunos países. La iniciativa incluía una fórmula de reconversión de la industria eléctrica, de acuerdo con el plan emprendido por la isla. Fuentes diplomáticas cubanas informaron, sin embargo, que Cuba optó por retrasar la iniciativa, aunque será promovida durante su presidencia al frente del MNOAL, que se prolongará hasta el 2009. El viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Abelardo Moreno, confirmó ayer que el proyecto será debatido y desarrollado después de la Cumbre “a través de la Oficina de Coordinación y de las mecanismos que tiene creados para ello”. Según Moreno, es la mejor forma de que este programa de cooperación progrese y “pueda dar más beneficios concretos a largo plazo”.
Mañana comienza la reunión de presidentes sin que hasta el momento se haya confirmado la asistencia de Fidel Castro a los actos principales, aunque a partir de hoy comenzará a recibir a alguno de los dignatarios participantes. Chávez, que llegó ayer a La Habana, será uno de los principales aliados de Cuba en mantener la “tensión antiimperialista” en los debates.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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