Ananías Mariscal era conscripto en 1967 y vio acción en una batalla en la zona del vado del Yeso. Ahora, con 60 años, cuenta su historia a quien quiera oírla y tenga 50 bolivianos para pagar su tiempo. Es uno de los que asegura que el Che nunca fue enterrado en Vallegrande. Afirma que los restos del guerrillero estuvieron en el Casino militar ocho días y que una noche acuartelaron a toda la tropa. “Un compañero que tenía su corteja en el pueblo se escapó y cuando volvía de madrugada vio cómo sacaban los restos del Che e hicieron un simulacro de entierro en la cocina del Regimiento Pando. Después se escuchó una avioneta en la madrugada por cinco minutos y se llevó el cuerpo. El cree que está por Montero, en tierras que pertenecían al presidente René Barrientos.” Mariscal contó su historia a Loyola Guzmán y junto a un grupo de argentinos excavaron la cocina. Un metro bajo tierra hallaron una especie de lápida, pero debajo no había nada, sólo arena removida.