Sábado, 5 de abril de 2008 | Hoy
EL PAíS › MULTITUDINARIA MARCHA EN NEUQUéN A UN AñO DEL ASESINATO DEL DOCENTE CARLOS FUENTEALBA
Maestros, estudiantes y trabajadores de distintos sectores colmaron ayer las calles de la capital neuquina en reclamo de justicia. Todas las demandas apuntaron hacia la responsabilidad del ex gobernador Jorge Sobisch, que ordenó la represión.
Por Elio Brat
Desde Neuquén
Una multitud, que llegó a tener más de veinte cuadras compactas, marchó por las calles de Neuquén capital al cumplirse ayer un año del asesinato del maestro Carlos Alberto Fuentealba. En el acto central del país donde se recordó el hecho que conmovió a todos los argentinos en abril del 2007, el apellido más repudiado fue el del ex gobernador Jorge Sobisch, a quien la esposa del docente Fuentealba, Sandra Rodríguez, le dijo que “esta marcha demuestra que no logró fusilarnos a todos ni llegó a escarmentarnos. Y no pararemos hasta verlo en la cárcel”.
A las 11, la hora prevista por ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén), el gremio del que era delegado Fuentealba, una larguísima columna comenzó a moverse desde el centro mismo de la ciudad. Miles de docentes llegados de todo el país –en la Patagonia el paro educativo fue total y también pararon los profesores universitarios de la Conadu Histórica– marcharon junto a decenas de estudiantes, trabajadores judiciales y estatales y una gran columna de los obreros ceramistas de la ex fábrica Zanon, hoy Fasinpat (Fábrica Sin Patrones).
La marcha fue encabezada por Sandra Rodríguez, que ayer fue acompañada por sus padres, que llegaron desde Buenos Aires para también expresar su repudio. Los manifestantes gritaron su bronca frente a los tribunales de la provincia, donde el próximo 4 de junio comenzará el juicio al cabo José Darío Poblete, identificado por varios testigos como el que tiró el disparo de muerte a Fuentealba. También se pasó frente a la Casa de Gobierno de Neuquén, donde dos inmensos frisos realizados por la Cocapre (Comisión Carlos Presente) mostraban dibujos de figuras con las fotos de rostros como Darío Santillán, Teresa Rodríguez y el propio Carlos Fuentealba.
El acto final se desarrolló sobre la Ruta Nacional 22, el mismo camino donde fusilaron a Fuentealba hace doce meses, pero a 50 kilómetros de la capital, en el conocido cruce de Arroyito. Desde allí una muy emocionada Sandra Rodríguez volvió a reclamar “juicio y castigo a todos los responsables materiales y políticos del fusilamiento público de mi compañero Carlos”. Cuando la también docente de nivel primario en Neuquén dijo desde un improvisado escenario sobre un camión a lo largo de la ruta que “me duele que la Ctera no haya impulsado para hoy un paro nacional”, muchos de los docentes presentes expresaron su descontento chiflando a la conducción nacional de su gremio. Allí estaban maestros que llegaron con carteles de Suteba de Quilmes, La Plata, La Matanza, Brandsen y Bahía Blanca, entre otros lugares de Buenos Aires. Y también llegaron docentes de Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Río Negro, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Chubut y de todo el interior neuquino.
Cuando se dirigió públicamente al ex gobernador Jorge Sobisch, en medio de gritos de “asesino, asesino”, Sandra Rodríguez dijo que “no hay perdón ni olvido. Solo cárcel para él, como para Poblete, Pascuarelli, Salazar, Soto (N de R: el ex secretario de Seguridad de Sobisch y los ex jefes de la policía provincial) y tantos otros responsables del asesinato de Carlos”.
Pero tampoco estuvieron ausentes en el discurso de la compañera de Fuentealba palabras directas para el actual gobernador neuquino, Jorge Augusto Sapag: “Está en sus manos diferenciarse. Garantizar, en uno de los casos más importantes de esta provincia y del país, el deber de hacer justicia, castigando a los culpables. De esa manera mostrarnos que no quiere gobernar de la misma forma que lo hizo el ex gobernador Sobisch. Si no, entenderemos su complicidad”, expresó en medio de aplausos.
Al momento de la desconcentración, varias militantes del conocido colectivo feminista La Revuelta, que en su gran mayoría son docentes neuquinas, repartían un volante donde se leía: “El Estado criminal y el gobierno del MPN te matan y después te dan asueto”, refiriéndose a la medida del gobernador Sapag, que licenció a los maestros neuquinos por lo que se recordó ayer. “No queremos su asueto cómplice e hipócrita: queremos justicia”, era el desafío.
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