“La lucha es para que los que más tienen entiendan, de una buena vez por todas, que es necesario que quienes más han sido favorecidos, que quienes ganan o más tienen, deben tender la mano solidaria al pueblo, que reclama trabajo, salud, vivienda y educación.” En una visita a la localidad tucumana de Aguilares, adonde viajó ayer a la mañana para inaugurar un hospital, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pareció dedicar un párrafo de su discurso a las entidades ruralistas que impulsaron el lockout rural. Fue, también, una crítica indirecta a los sectores políticos que apoyaron la protesta de las cámaras patronales. “Algunos creen que la distribución del ingreso es sólo una batalla económica y de intereses. La redistribución del ingreso es una profunda batalla cultural que tenemos que dar los argentinos”, planteó Cristina.

Acompañada por el gobernador José Alperovich y también por las ministras Graciela Ocaña y Alicia Kirchner, la Presidenta volvió a hablar sobre la distribución de la riqueza y la necesidad de que el Estado tenga un rol activo en la economía. Los mismos argumentos había utilizado en los peores días del conflicto para justificar las retenciones móviles. “No nos engañemos. En las grandes sociedades desarrolladas, en los grandes centros del mundo, esto no es sólo una cuestión económica, sino que existe una comprensión cultural de sus elites, sus dirigentes, de cómo debe mejorar la calidad de la riqueza de la Nación, que también es de todos”, dijo.

La Presidenta dijo que el hospital a estrenar era el primero que se inauguraba en cincuenta años en el interior de Tucumán. “Los hospitales, las viviendas, las calles y las cloacas no se hacen con discursos, sino con recursos, con dinero”, recordó sin aclarar a quién iba dirigido el mensaje.