Con la presencia de un nutrido grupo de estudiantes y docentes de Merlo en el recinto, finalmente ayer el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ratificó a través de una resolución la validez de las clases dictadas en el Centro Universitario de Merlo (CUM), que recibe a 3500 alumnos de la zona, y lleva veintiún días ocupado por alumnos, docentes y padres. También garantizó que se quedarán allí hasta que consigan otro edificio “en la Zona Oeste que garantice la cursada” de todos los inscriptos.

En el documento el cuerpo hace un “llamado a la totalidad de los docentes del CUM a realizar sus tareas en la sede”, así como se comprometieron a “buscar una sede en la zona oeste que garantice la cursada de la totalidad de los alumnos inscriptos... lindera al ferrocarril Sarmiento entre Morón y Moreno”. A raíz del conflicto las autoridades de la UBA habían avanzado en la negociación de un nuevo convenio con la Municipalidad de General Rodríguez, aunque también sondearon a Hurlin-gham y Moreno.

Una comisión del CUM se reunió con las autoridades del Ciclo Básico Común (CBC) para definir aspectos operativos para encaminar la normalización del funcionamiento institucional. La UBA anunció la semana pasada, luego de un acuerdo verbal con el intendente Raúl Othacehé, que enviaría personal no docente para realizar tareas de maestranza y mantenimiento del edificio mientras se encuentra un nuevo destino.

El CUM es la sede del CBC que la UBA tiene en la zona Oeste y que recibe a 3500 alumos. Un día antes de que comiencen las clases, Othacehé decidió cerrarla por “problemas edilicios”, lo que provocó la ocupación por parte de estudiantes y docentes. La toma de la sede se vio fortalecida por la tarea de los docentes, que mantuvieron el dictado de clases en un 85 por ciento, y decisión de padres y alumnos de mantenerse en el edificio.