Viernes, 9 de mayo de 2008 | Hoy
EL PAíS › POCO ANTES DE QUE SE INICIARA EL JUICIO ORAL, JUAN FIORILLO FALLECIO PRESO EN SU CASA
El ex comisario estaba acusado del asesinato del trabajador metalúrgico y militante de la Resistencia Peronista, considerado el primer desaparecido político. Una patota encabezada por Fiorillo lo golpeó y secuestró en 1962.
Tenía 76 años y una enfermedad terminal. Estaba acusado del secuestro y asesinato del delegado gremial Felipe Vallese e iba a ser juzgado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Pero la muerte le llegó antes a Juan Fiorillo, comisario retirado de la policía bonaerense, en su casa de Villa Adelina donde cumplía arresto domiciliario. Vallese, considerado el primer desa-parecido político de la Argentina, fue secuestrado el 23 de agosto de 1962 durante la presidencia de José María Guido.
Cerca de la medianoche de aquella jornada, Fiorillo encabezó el procedimiento con un grupo de tareas de civil, en Capital, una jurisdicción vedada para la policía bonaerense. Según la reconstrucción de los abogados de la Unión Obrera Metalúrgica, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde (actual secretario de Derechos Humanos de la Nación), buscaban a Alberto Rearte, hermano de Gustavo, uno de los principales referentes de la Juventud Peronista. El relato de testigos indica que Vallese resistió con todas sus fuerzas la detención y se necesitaron varios hombres para desprenderlo de un árbol de la vereda de la vivienda de Canalejas 1776, que hoy lleva una placa en recuerdo del episodio. Ya inmovilizado fue conducido por el grupo parapolicial hasta un destacamento en San Martín y luego a la comisaría de Villa Lynch, donde según se reconstruyó, encontró la muerte en una sesión de tortura y su cuerpo nunca fue hallado. Cuando falleció tenía 22 años y desde hacía cuatro era delegado gremial de la empresa TEA (Trafilación y Esmaltación de Alambres) y un activo militante de la resistencia peronista.
Catorce años después, en noviembre de 1976, Fiorillo participó en el operativo de cuatro horas en el que la casa del matrimonio Mariani-Teruggi, en La Plata, fue rodeada, atacada y saqueada. Allí fueron asesinados Diana Teruggi y cuatro de sus compañeros de militancia, pero la menor Clara Anahí, de cinco meses, fue sustraída con vida de la casa e introducida al auto de Fiorillo, según la declaración de un ex policía que fue parte del procedimiento. Daniel Mariani no estaba en la vivienda pero fue secuestrado y asesinado meses después también en La Plata.
El comisario retirado, que ya había estado detenido por la desaparición de Vallese, iba a ser juzgado en los próximos meses, junto con otros represores, militares y policías, por secuestros, torturas y desapariciones ocurridas en el centro clandestino que funcionó en la comisaría quinta de La Plata. Estaba imputado también del secuestro de Clara Anahí Mariani.
Cuando secuestró a Vallese era jefe de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional San Martín. Estaba sindicado como integrante, a partir de 1974, del grupo de tareas de la ultraderechista Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), y después del golpe de 1976 como uno de los más estrechos colaboradores del por aquel entonces jefe de la policía provincial, el genocida y torturador Ramón Camps. Durante la dictadura, Fiorillo ostentó el cargo de director del Comando de Operaciones Tácticas (COT) y tuvo oficinas en la comisaría quinta de La Plata. Según la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, por ese centro clandestino pasaron casi 200 secuestrados, de los cuales 62 están desaparecidos. Por la causa de la comisaría 5ª, Fiorillo fue detenido en mayo de 2006 y pasó a cumplir detención domiciliaria por orden del juez federal Arnaldo Corazza en su casa de Villa Adelina. Allí falleció después de padecer una enfermedad terminal que lo había mantenido postrado en los últimos días.
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