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Durante el 2001 los atentados a la prensa aumentaron un 15 por ciento con respecto al año anterior al producirse un total de 151 casos. Así lo contabilizó la asociación Periodistas que recopila todas las agresiones y amenazas que sufrieron durante el último año los trabajadores de medios de comunicación en el libro Ataques a la prensa.
Los periodistas Magdalena Ruiz Guiñazú y Nelson Castro, miembros de la asociación, fueron los encargados de presentar anoche en el Museo Mitre la publicación anual que da cuenta de todos los casos de agresiones a la prensa. “La tendencia es de ver a la prensa como una molestia, sobre todo cuando las informaciones difundidas son ciertas”, comentó Guiñazú.
“Bajo distintas modalidades se contabilizaron durante el año pasado 147 casos de violaciones al derecho de los ciudadanos de expresarse libremente. Entre ellos, hubo 41 ataques o agresiones, 31 amenazas y 16 casos de censura”, reza el prólogo de Ataques a la prensa. Es más, no sólo el número de casos fue en aumento sino su tono y modalidad.
La recopilación pone el acento en un hecho inédito durante la democracia. El 19 de diciembre, luego de que De la Rúa dictara el estado de sitio, el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) advirtió a los medios sobre la vigencia de la ley 22.285. “Esta norma, aprobada durante la última dictadura militar, permite al Gobierno disponer ‘la caducidad de la licencia de radiodifusión a los medios que por el contenido que transmiten o por la forma de expresión, produzcan conmoción o alarma colectiva’”, se cuenta en la publicación que también enumera los nombres y el tipo de agresión sufrida por los periodistas que estaban cubriendo los hechos del trágico 20, el día final de la Alianza en el gobierno. Ese es el caso de Fabián Rubinacci, camarógrafo de América TV y secretario de Cultura y Capacitación del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, quien fue herido en la frente por una bala de goma disparada por la policía durante una violenta represión a trabajadores que reclamaban frente a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. O como Claudio Beron, periodista del diario La Capital, de Rosario, quien fue baleado cuando entrevistaba a un matrimonio de una villa miseria en la zona sur de Rosario, provincia de Santa Fe. “Esta tendencia continúa hasta el momento en que se escribe este prólogo, cuando trascienden la intención del senador provincial Manuel Sussini de solicitar treinta días de prisión para María Mercedes Vázquez de LT7 Radio Corrientes, molesto ante la difusión de información que lo involucra en el cobro de una coima y las tres amenazas de muerte recibidas por la periodista”, sentencia. “La experiencia que recibimos en Periodistas es de una gran desprotección, sobre todo en el interior del país”, comentó anoche Nelson Castro.
Asimismo, el libro informa sobre el proyecto de ley que fue impulsado por la asociación Periodistas, que tiene el fin de eliminar las figuras penales de calumnias e injurias. “A pesar de que este proyecto de ley había recibido el oportuno respaldo de los ex presidentes Fernando de la Rúa y Carlos Menem y recibió el aval de los legisladores Jorge Yoma del justicialismo y José Genoud de la Alianza, durmió en las bancas del Senado hasta perder estado parlamentario”, se relata.
Las autoras, Silvia Naishtat y Claudia Selser, además de recopilar los ataques sufridos por los trabajadores de prensa, también brindan su visión de lo que es la situación general del periodismo en la Argentina. “La libertad de expresión es un derecho de doble mano. Protege la libertad de cada individuo a expresarse y la del conjunto de la sociedad a ser informada. En tiempos de profunda conmoción social como los que vivimos, Periodistas llama la atención sobre los peligros que puede acarrear la tentación autoritaria a manos de gobiernos, tanto a través de las fuerzas de seguridad como de fallos judiciales y legislativos. Y si bien Periodistas no cuestiona las facultades de las empresas como editoras responsables, también advierte sobre la amenaza concreta que significa esta dramática situación económica en la continuidad de las publicaciones,la fuentes de trabajo y el consecuente derecho a la expresión y a la información que consagra la Constitución”, caracterizaron las autoras.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Ataques a la prensa también reseña que “como contrapartida, también hubo 16 fallos en defensa de la libertad de expresión”, lo cual significa un gran avance respecto de los 18 pronunciamientos judiciales contrarios a la libertad de expresión registrados en 2000.