EL PAíS › RUCKAUF CITADO EN FRANCIA PARA EXPLICAR LA GUERRA SUCIA
Un rendez vous con el pasado
Un juez local citó al canciller para que explicara su vinculación con la desaparición de un ciudadano francés en la Argentina. Ruckauf fue notificado no bien pisó suelo galo. Se comprometió a responder los interrogatorios por escrito, a través de la embajada.
Por Eduardo Febbro
Fue una recepción incómoda. Era de madrugada, Carlos Ruckauf acababa de llegar a París y la policía francesa se le acercaba no para custodiarlo sino para entregarle una citación. Más precisamente, una “invitación” a prestar testimonio en el caso de un francés desaparecido en la Argentina en 1975. El ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, cuando fue convocado por otro magistrado con el mismo propósito, se escapó por la puerta de atrás del hotel Ritz. El actual canciller argentino eligió para eludir testimoniar un camino más sutil. Permaneció en París y respondió a la “invitación” del juez mediante un comunicado de la embajada en el que la representación diplomática argentina asegura que “ante cualquier información que el juez requiera, el Señor Ministro le responderá por escrito y por vía de esta embajada”.
El juez francés Gérard Caddeo, que tiene a su cargo la instrucción judicial por “secuestro y tortura” que se inició luego de la querella presentada por la hermana y el hijo del desaparecido, Maurice Jeger, quería “aprovechar” el paso del ministro por París a fin de interrogarlo.
La cita del juez Caddeo fue formulada en un curioso contexto. Ruckauf vino a París invitado por el ministro francés de Relaciones Exteriores, Dominique de Villepin. En todo caso, invitado o no, fuentes ligadas a la instrucción indicaron a Página/12 que la policía francesa se presentó a las seis de la mañana en el aeropuerto para asistir a la llegada del ministro argentino y entregarle el documento. La iniciativa judicial responde principalmente a la actitud de los sucesivos gobiernos argentinos. Según explicó a Página/12 la abogada de las familias de los desaparecidos franceses en la Argentina, Sophie Thonon, los jueces franceses llevan dos años enviando exhortos a la Argentina solicitando una serie de audiencias con quienes consideran testigos importantes. En ese período la Argentina no respondió a ninguno de esos exhortos y recién hace dos meses Buenos Aires se dignó indicar... que no respondía a pedidos de otros jueces. Ello parece haber motivado la intervención del juez que busca esclarecer las condiciones en que desapareció el librero y periodista Maurice Jeger. Instalado en la Argentina desde que tenía 14 años, Jeger desapareció junto a su compañera, Olga González –embarazada de cuatro meses–, en la noche del 8 al 9 de febrero de 1975 a la edad de 36 años. Ambos fueron detenidos en su domicilio de Tucumán por un grupo de militares y civiles. Según informaciones concordantes, Jeger estuvo detenido en un lugar llamado “Escuelita de Famaillá”, igualmente conocido como “Campo Diego de Rojas”. La abogada Sophie Thonon quería obtener el testimonio de Ruckauf a raíz de los decretos firmados por el entonces ministro de Trabajo. En febrero de 1975, Isabel Perón firmó una serie de decretos tendientes a “aniquilar el accionar de los elementos subversivos en la provincia de Tucumán”. Thonon explica ahora que unos meses más tarde, en octubre de 1975, bajo la presidencia interina de Italo Luder, Ruckauf firmó decretos similares que extendían “la aniquilación” de los subversivos a todo el país. Asimismo, como Ruckauf era también miembro del Consejo de Defensa, su testimonio reviste cierta importancia en la búsqueda de “la comprensión” de lo ocurrido.
La abogada francesa reveló a Página/12 que, siguiendo el contenido de los exhortos remitidos a Buenos Aires, la Justicia desea interrogar a Ruckauf para preguntarle qué significan para él términos como “aniquilar el accionar”. Asimismo, el juez Caddeo y Sophie Thonon tienen la intención de saber si, como Jeger estaba vivo antes de Ruckauf firma del decreto, dicho texto no implicaba acaso “la eliminación de los presos” y también de “todos los opositores”. Todo prueba que el desaparecido francés falleció después de la publicación de los decretos “eliminatorios”. Thonon espera que Ruckauf “explique el sentido amplio de esa represión”. La doctora Thonon manifestó ayer su “alegría” por el hecho de que el canciller haya aceptado responder por escrito. La magistrada declaró que “a partir de ahora podemos esperar que la Argentina responderá a todos los exhortos que se envíen en adelante”. La familia del desaparecido francés y sus abogados tienen además la convicción de que el hijo de Jeger y su compañera pudo haber nacido en cautiverio y entregado luego a una familia como ocurrió en tantos otros casos.
El juez Caddeo parece haber actuado con mucho cuidado. Ni siquiera las partes involucradas –es decir los abogados que habían solicitado interrogar a Ruckauf mediante los exhortos– estaban al corriente de que enviaría a las autoridades policiales al aeropuerto. Nadie supo nada durante 24 horas. La información trascendió recién ayer por la mañana. Para ese entonces, el embajador Archibaldo Lanús ya había enviado la respuesta aceptando responder por escrito a los requerimientos del juez. “A veces hay que forzar la mano”, dijo a Página/12 una fuente judicial, la cual explicó: “Ante pedidos similares, Chile aceptó que los testigos solicitados sean escuchados por los jueces que viajaron especialmente para ello. La Argentina hizo oídos sordos y hoy paga las consecuencias”. Por lo pronto, la embajada y el mismo Ruckauf jugaron la carta de la “legalidad”, de la tranquilidad y la transparencia. Ya fuera de París, Kissinger, solicitado por el juez Roger Le Loire en el caso Pinochet, tardó varios días en proponer dar su testimonio por “escrito”. Ruckauf lo hizo en el acto. Con todo, cabe puntualizar que tanto la Justicia norteamericana como la argentina desoyeron intencionalmente los pedidos de cooperación judicial cada vez que se trató de solicitudes de información sobre crímenes que constituyen una clara violación de los derechos humanos.