El día no era el más propicio para operar en el mercado cambiario y los inversores se mantuvieron ayer al margen de la rueda. El acto en Plaza de Mayo en apoyo al Gobierno redujo la jornada hasta el mediodía. Sin embargo, el dólar no pudo escapar al mandato del Banco Central y volvió a marcar una caída de un centavo ubicándose a 3,06 pesos en valores mínimos desde marzo de 2006. El organismo focalizó su intervención exclusivamente en el dólar a futuro. Por su parte, el titular de la entidad, Martín Redrado, se ufanó de haber demostrado que “no existía un piso no perforable” para la cotización de la divisa. Los analistas bursátiles, en tanto, no descartan finalizar el mes con un billete a 3 pesos.

Fue un día atípico debido al cese de actividades dispuesto a partir del mediodía por la CGT, y las operaciones incluso terminaron aún más temprano. De todos modos, el dólar tuvo cierta volatilidad desde el inicio y osciló desde los 3,021 y los 3,037 pesos, según resumió a este diario un operador de la city. El Central no intervino en la plaza y el volumen de negocios fue casi insignificante: apenas 383 millones de dólares. Finalmente, el billete verde cerró a 3,035 pesos. La tarea de la entidad monetaria fue facilitada por la liquidez que ingresó el sector exportador. El BC volvió a intervenir fuerte en el mercado a término y vendió posiciones a 3,020 pesos para fin de mes; 3,034, julio; y 3,049, agosto. Los bancos y empresas sólo hicieron operaciones puntuales y nadie tomó posición ante la incertidumbre sobre el desenlace del conflicto con el campo. El chiquitaje estuvo conducido sólo por el público, que convalidó los valores mayoristas en sus negocios en agencias y bancos del microcentro. El resultado fue un dólar a 3,06 pesos.

Por la mañana, Redrado aseguró que “por primera vez en décadas, el BCRA demuestra con hechos que tiene plena capacidad para cumplir su rol esencial: garantizar a todos los ciudadanos la estabilidad monetaria y financiera”. Fue durante la inauguración de una revista especializada en finanzas: “Hemos marcado una tendencia clara, moderando las expectativas en el mercado cambiario y hemos asegurado la estabilidad sistémica”, dijo el titular del Central. Agregó que “dejamos en claro que están abiertos todos los canales con que cuenta la autoridad monetaria para asegurar en todo momento la disponibilidad de recursos a todo el sistema”.

El presidente del BC aseguró que el país “aún no está preparado” para un régimen de flotación pura del tipo de cambio y justificó también el uso de las reservas para defenderse ante una corrida. “En las últimas semanas, se produjo un desalineamiento de la demanda de dinero y fue necesario poner todos los mecanismos disponibles a trabajar en pos del reestablecimiento del equilibrio”, explicó. Consideró entonces “absurdo” no utilizar las reservas en momentos de demanda de dólares. El stock de reservas finalizó ayer en 47.702 millones de dólares, lejos de los casi 50.500 en que se ubicaban a principios de año.

Redrado aseguró también que los recursos en poder del organismo alcanzan un grado de cobertura “inédito” para el país. Según explicó, en términos de los depósitos totales del sector privado, las reservas representan más del 70 por ciento. “Para que a nadie le queden dudas: no existe en la actualidad ningún parentesco, ni siquiera remoto, en las condiciones que dieron origen a los episodios críticos del pasado”, agregó el directivo.

Un estudio de Deloitte asegura que el actual nivel de tasas “no seducirá a quien desee dolarizarse” y que las compras de moneda estadounidense se realizan “por miedo a la coyuntura, no a los bancos o al Banco Central”. El informe destaca además que “el Central está garantizando la liquidez del mercado”. Desde fines de abril se inyectaron 6900 millones de pesos, según datos del organismo. Como resultado, los depósitos promedio ascendieron a 233.689 millones de pesos en mayo último, con un alza mensual de 0,3 por ciento, la menor desde octubre pasado. Los depósitos privados, en tanto, cayeron un 1 por ciento respecto de abril último.