EL PAíS › EL JUEZ GALLARDO LO ACOMPAñó PARA QUE REASUMA COMO DIRECTOR DEL HOSPITAL ARGERICH

Spaccavento, de nuevo en funciones

Mauricio Macri lo había “renunciado”. El juez Gallardo ordenó que lo restituyeran, pero no le obedecían. Ayer, acompañó a Spaccavento hasta el despacho y dejó una custodia policial. En el gobierno amenazaban con no reconocerlo.

 Por Werner Pertot

Muy temprano por la mañana, el Hospital Argerich se despertó con una comitiva de policías que acompañaba al juez en lo contencioso administrativo Roberto Andrés Gallardo. El magistrado restituyó en su cargo al director del hospital, Donato Spaccavento, al que el macrismo renunció luego de que criticara la falta de insumos en los centros de salud. Su Señoría ejecutó así una sentencia suya que, según comprobó, la gestión de Mauricio Macri viene desobedeciendo desde hace un mes. Pese a que había un fallo judicial, no le habían permitido reasumir a Spaccavento, que ayer quedó en su despacho con una custodia policial.

Gallardo había ordenado al gobierno porteño que restituyera a Spaccavento en el cargo el 23 de octubre pasado, pero la sentencia no fue obedecida. Por eso, Su Señoría apareció ayer por el hospital con un despliegue de policías, acompañado por el médico. Los recibió un hombre, de apellido Wasch o Guasch, que dijo ser el jefe de clínica médica y aseguró que fue subdirector a cargo hace una semana. Curiosamente, no aparece en ese cargo y voceros del Ministerio de Salud porteño dijeron desconocer quién era esta persona.

“Mire, le informo que toma posesión el doctor Spaccavento y usted queda intimado a comunicárselo a todo el personal a su cargo”, le señaló Gallardo a Wasch. “Bueno, pero yo esto lo tengo que comunicar a mis superiores”, objetó Wasch. “Si lo quiere hacer por cortesía, hágalo. Pero la obligación jurídica la tiene igual”, le respondió Gallardo, que acompañó a Spaccavento hasta su despacho, donde lo dejó con una custodia policial, a cargo de la comisaría 24.

Mientras firmaban las actas, Wasch volvió a plantear objeciones. “Acá hay cuestiones complejas, porque el tema de la firma del doctor, por ejemplo, de los cheques. Hay una directiva del ministerio de que no firme”, dijo. “Si hay problemas con la firma deben informarlo a la Justicia. Que el ministro haga lo que quiera, total, tiene varias denuncias penales en su haber”, contestó Gallardo. Cuando el juez se iba, llamaron del gobierno porteño para avisar que venían de la Procuración. “Seguro con sirenas”, bromeó una abogada. Pero para cuando llegaron, Gallardo ya se había ido.

“Esta es una medida independiente de la Justicia, si Gallardo me ponía multas a mí cuando era ministro de Salud”, comentó Spaccavento ante la prensa, para explicar que no lo unía un vínculo particular con el juez. Luego recordó la forma en que lo sacaron del cargo. Al comienzo de la gestión, Macri prometió hacer concursos para designar a los directores de los hospitales, que son todos interinos. Les pidió que presentaran una renuncia por escrito, como una formalidad. Sin embargo, nunca llamó a ningún concurso, sino que generó un mecanismo de selección para los directores de los 33 hospitales a partir de una junta asesora de cuatro miembros, elegidos por él. Tras la preselección, serían designados por Macri y por el ministro de Salud, Jorge Lemus.

El gobierno porteño no le aceptó la renuncia a ninguno de los directores, salvo a Spaccavento y al del Hospital Muñiz, que estaba en edad de jubilarse. Y en el caso de Spaccavento lo hizo recién el 3 de octubre de este año, casualmente después de que el médico hiciera públicas sus críticas al sistema centralizado de compra de insumos, que llevó a varias denuncias por falta de gasas y medicamentos.

Spaccavento denunció que se lo “coaccionó a renunciar”. “Abusaron de mi buena fe, cuando presenté mi renuncia fue con un fin y lo utilizaron para otro”, dijo. Un director interino puede ser removido con un sumario o con un concurso para ocupar ese cargo permanentemente. Como no se dieron ninguna de las dos condiciones, Spa-ccavento presentó un amparo ante el juez Gallardo y consiguió un fallo favorable el 23 de octubre.

Gallardo fue recusado dos veces por ese fallo. La primera vez junto con las otras 700 recusaciones que recibió –que fueron denunciadas por toda la oposición porteña como una “persecución a la independencia del Poder Judicial”– y luego rechazadas por las dos Cámaras de Apelaciones. La segunda, en forma individual, fue resuelta por la Cámara en tiempo record: la rechazaron una vez más.

En tanto, Spaccavento intentó volver a su cargo, pero se lo impidieron.

El 30 de octubre, el médico fue con un escribano y fue recibido por el director de la Guardia Médica, Luis Capalgo, quien dijo estar a cargo de la dirección. Según el acta que labró el escribano, Capalgo “insiste con que no cuenta con órdenes de sus superiores” para dejarlo reasumir. Luego, llamó por teléfono al Ministerio de Salud y le reiteró que “no se halla autorizado a cumplir la orden judicial”.

Con esta acta, Spaccavento denunció el incumplimiento ante la Justicia y aseguró que estaban intentando acelerar la designación de su “sucesor”.

Gallardo emitió una orden de no innovar en el supuesto concurso para designar al nuevo director. Los macristas, mientras tanto, presentaron un escrito en el que sostienen que existe un “ganador del concurso”, de nombre Néstor Hernández, que figura en la página web como subdirector, pero que no se hizo presente en ninguno de los intentos de reasumir de Spaccavento. El médico quedó nuevamente como director del hospital, aunque en el gobierno porteño seguían amenazando con no reconocerlo en el cargo.

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Donato Spaccavento ingresó ayer de nuevo en su despacho junto al juez Roberto Gallardo.
Imagen: Rafael Yohai
 
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