Domingo, 28 de diciembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › HERMES BINNER RECLAMó LA ELIMINACIóN TOTAL DE LAS RETENCIONES AL SECTOR AGROPECUARIO
El gobernador de Santa Fe volvió a cuestionar al Gobierno y dijo que no es distinto al de Néstor Kirchner. También marcó diferencias con Elisa Carrió. “Nunca renunciaría a la presidencia de un partido que creé”, señaló el socialista.
Por Werner Pertot
Aunque Hermes Binner mantiene su estilo suizo en las respuestas –heredado de sus antepasados–, no puede evitar jugar con algún objeto que está sobre su escritorio o tamborilear con sus dedos sobre la madera. En esta entrevista con Página/12, al gobernador de Santa Fe se lo nota inquieto mientras plantea sus diferencias con Elisa Carrió y Mauricio Macri, en las que trata de no poner énfasis. Al mandatario socialista le resulta más fácil exponer la distancia que tiene con el gobierno nacional: advierte que no ve cambios entre la gestión de Cristina Fernández y la de Néstor Kirchner, propone que se eliminen en forma total las retenciones y asegura que la Presidenta “debe escuchar al campo”.
–¿Está de acuerdo con una alianza del socialismo con la Coalición Cívica a nivel nacional?
–Estamos trabajando a nivel provincial. Así que depende en cada lugar. En Santa Fe, la CC está muy débil. Prácticamente, todos los representantes que eran del ARI hoy son del SI. Es una realidad diferente a lo que puede ser la Ciudad de Buenos Aires.
–Sin embargo, el socialismo porteño anunció que no irá con la CC...
–Sí, una opinión con la que nosotros tenemos nuestras dudas.
–¿Por qué?
–Es un momento en el que hay que sumar. Deponer el ciento por ciento de coincidencias para poder avanzar con un porcentaje lo más alto posible.
–¿Coincide, entonces, con la estrategia de diálogo con otros opositores?
–Que lo decidan los propios actores locales, que son los que más conocen cada realidad. Se construye de abajo para arriba.
–¿Existen diferencias con Elisa Carrió?
–Existen diferencias de construcción: yo no renunciaría nunca a un cargo de diputado nacional, ni tampoco a la presidencia de un partido que creé. Pero bueno... son formas de ver la realidad.
–Ella cada tanto le dedica un comentario: hace poco dijo que usted es “menos erótico” que Rubén Giustiniani.
–(Se ríe) Ah, pero ésas son pavadas. Es como andar viendo quién la tiene más larga, como dice la canción de Serrat.
–¿Cómo ve la candidatura de Martín Sabbatella a diputado?
–Está en su derecho.
–¿Le parece bien que deje la intendencia?
–Me parece que ya ha cumplido ahí. Pudo superar ampliamente lo que le dejó su antecesor.
–¿Cómo analiza el armado peronista en torno de Eduardo Duhalde?
–Son todos intentos válidos de encontrar un camino...
–¿Podrían dialogar con ellos?
–Dialogamos en Santa Fe con todos los que quieran dialogar.
–¿Evalúa presentarse para presidente en 2011?
–Para 2011 falta una eternidad, sobre todo, con la volatilidad política que hay. Lo mejor que podemos hacer es cumplir con la responsabilidad que adquirimos ante la gente.
–Si usted no se presenta, ¿la alternativa es Cobos?
–No me siento promotor de presidentes (risas).
–¿Qué opina del voto “no positivo” de Cobos, contra su propio gobierno?
–Una decisión difícil de tomar, me imagino. Habría que estar en la camiseta de él. El conflicto fue muy profundo, aunque hoy ya parece que hubiese sido hace un par de décadas.
–¿Sería comprensible que su vicegobernadora le votara en contra?
–Creo que no lo va a hacer, porque tenemos coincidencias elaboradas. Ella participa de todas las reuniones de Gabinete, que son semanales.
–Duhalde dice que el peronismo pierde en 2011...
–El tema es qué va a pasar en 2009: es un año de elecciones y que pinta difícil desde el punto de vista económico-social.
–¿El oficialismo tiene chances?
–Si acierta con las medidas que está proponiendo, puede significar un avance.
–¿Qué piensa de la gestión de Mauricio Macri?
–Es muy difícil evaluarlo. Es un territorio difícil y es arriesgado hablar desde afuera.
–En su momento, dijo que pensaba que Macri podía cambiar la ciudad. ¿Piensa que hizo cambios?
–De hecho, está haciendo cambios...
–Pero, ¿tiene diferencias con las políticas públicas de Macri?
–Pero claro que sí, no tenga duda de eso.
–¿Cómo se explica que buena parte de la oposición se opuso a la eliminación de las AFJP?
–Estamos convencidos de que el mejor sistema es el de reparto. Yo recuerdo que trabajaba en la UOM de Rosario y tuve que llenar todos los papeles para manifestar que quería quedarme en reparto. Y me llamaban para preguntarme si estaba seguro. No había un acto voluntario en el pase en la AFJP. Somos coherentes. Otra cosa es que no estamos cumpliendo con la movilidad que establece la Constitución. Y se puede hacer, porque –de hecho– en Santa Fe lo estamos haciendo. Le pagamos a los jubilados el 82 por ciento, porque si se le da más plata al jubilado, no se los lleva a Europa: va a pintar la casa, va a comer un poquito mejor, le va a comprar un vestido a la mujer: va a movilizar la economía.
–¿La relación con el Gobierno nacional fue como se la imaginaba?
–Bueno... Sí. En gran medida, sí. Para mí, no hay sorpresas. Es una forma de gobernar que no compartimos, pero bueno, es el resultado de la democracia representativa.
–¿Qué cosas no comparte?
–Esta forma de no consulta, de autosuficiencia. Sobre todo, no consultar con sectores económicos y sociales. No hubo un cambio fundamental de un Gobierno a otro. Se manejan de una forma muy coherente. Podemos no estar de acuerdo, pero son coherentes. (Sonríe.)
–En términos de gestión, usted tuvo una polémica con la Presidenta por los fondos que le giran...
–Vivimos en un régimen federal, donde hay un federalismo para repartir las obligaciones sociales y una gran concentración del manejo de recursos. Hay tres provincias que están visiblemente castigadas por la coparticipación, que son Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Y, más allá de la justicia o no del impuesto al cheque, no hay ninguna razón para que no sea coparticipable.
–¿Cómo analiza las medidas que anunció el Gobierno para enfrentar la crisis, que incluyeron una baja las retenciones?
–Son medidas para el trigo y el maíz, que no se pudieron sembrar prácticamente. Para salir de la crisis la herramienta es la producción y el trabajo. Hay que sacarle el freno al campo. Y hoy el freno al campo son las retenciones. Fuimos partidarios de las retenciones cuando eran parte de un plan económico: una paridad alta con un precio exorbitante a nivel internacional y una necesidad del consumo interno. Hoy esto a cambiado: la situación del campo hoy es gravísima.
–¿Usted dice que hay que sacar las retenciones porque los empresarios rurales están perdiendo dinero?
–Porque está perdiendo el país. Atenti, que la crisis que se viene es seria: aún hay soja en los silos porque no hay confianza en el sistema, tenemos las usinas lácteas abarrotadas de leche en polvo, los frigoríficos abarrotados de carne y no podemos exportar porque no le dan el ROE rojo.
Se necesitan políticas para liberar la capacidad productiva: planteamos sacar la retención a la leche, soja y carne.
–¿No repercutiría esto sobre los precios en el mercado interno?
–No, para eso planteamos que se deben colocar precios de referencia y, si no lo respetan, en la esquina le ponemos una feria franca. Hay una parte del precio que se queda en la cadena de comercialización, que es el eslabón que menos riesgo tiene.
–¿Si se hubieran aprobado las retenciones móviles, hoy los productores estarían pagando menos?
–Es probable que sea así, claro. Pero también hoy la realidad cambió: en ese momento la soja la pagaban 700 dólares la tonelada y hoy la pagan menos de 300. Es como el petróleo: una cosa era Chávez con el barril a 150 dólares y otra es con un petróleo a 42 dólares.
–Cuando fue el debate de las retenciones, el socialismo planteó que fueran segmentadas. ¿Por qué ahora propone sacarle las retenciones incluso a los grandes productores?
–Hay que liberar la producción por 180 días. Hay que dar vuelta la página a lo que pasó, porque si vamos a actuar con resentimiento de lo que pasó con la 125 y el conflicto del campo... Si llegamos a esa situación, no fue por culpa de una persona, ni de un gobierno, sino de mucha gente. El 8 de marzo decíamos que había que escuchar al campo y hay que escucharlo. Es momento de abrir los brazos, superar situaciones: tomar un poco de agua con la poción amarga y salir adelante.
–¿Faltan medidas para los sectores más bajos?
–Lo que tenemos que ver es cómo la gente come todos los días: con ingresos, con precios referenciales y quitándole el IVA a la canasta básica. También planteamos responsablemente que la perdida fiscal de retenciones y del IVA se puede reemplazar por el impuesto a las ganancias, a bienes suntuarios, al juego, al alcohol, a los cigarrillos, a los activos financieros. De todo esto, se puede recaudar para no desfinanciar al Estado.
–¿No cree que van a reaccionar como lo hicieron los empresarios rurales?
–Sí, bueno... Pero si tengo dinero para comprarme una Hummer, se supone que tengo dinero para pagar impuestos.
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