“Por separado, robamos del mismo mercadito; desde el punto de vista estratégico, de cara a una elección, no es lo más conveniente, porque se debilita la cantidad de votos”, admitió Carlos Reutemann frente a la división del PJ santafesino, que irá con dos listas en las elecciones legislativas de junio. La respuesta de su adversario interno, el kirchnerista Agustín Rossi, no se hizo esperar: “Yo no robo en ningún lado, tampoco en un mercadito, ni solo ni acompañado. Es lamentable que se compare la voluntad de la gente con papas y melones”. Para los dos sectores en pugna, la proclamada unidad del justicialismo provincial es “una utopía”, al menos para esta elección legislativa donde tanto Reutemann como Rossi irán por su reelección como legisladores con boletas y proyectos separados.

El “lamento” del Lole por la división del justicialismo santafesino en declaraciones radiales desató la reacción del kirchnerismo de la provincia. “Es público y notorio que el sector de Reutemann no quiso una lista de unidad ni la convocatoria a internas para definir las candidaturas, y ahora se queja de la división del partido”, replicó Rossi en diálogo con Página/12. “Yo no proscribí a nadie. Tengo derecho a opinar y a postularme, y que sea la gente la que decida”, completó el jefe de la bancada K en la Cámara de Diputados, en respuesta a los dirigentes cercanos al Lole que se negaron a sellar cualquier acuerdo con Rossi, para despegarse del oficialismo como parte de su estrategia electoral.

Sin acuerdo para una lista de unidad “ni tiempo” para dirimir la puja en una interna, el dividido congreso partidario resolvió que los sectores en pugna compitan en los comicios legislativos con sus propias boletas y candidatos sin los símbolos del PJ. A pocos días del cierre de lista, todos los puentes para un acercamiento parecen estar volados.

Reutemann volvió a tomar distancia del kirchnerismo y criticó las candidaturas testimoniales. Con su estilo, el Lole sostuvo que “hay distritos y distritos, hay lugares que (las listas testimoniales) no pasa, como en Santa Fe”, dijo para diferenciarse. Tampoco coincidió con el dramatismo que el kirchnerismo le da al resultado de la elección: “Es la renovación de una parte de un Parlamento. Si hay un cambio parlamentario, bueno, habrá que dialogar más, pero pintarlo que ‘esto o la nada o el modelo’, me parece que es una exageración absoluta”, sentenció.

Por su parte, Rossi tampoco desperdició la oportunidad para criticar al ex piloto de Fórmula Uno y a sus aliados en la provincia. “Todavía me duele la espalda de los codazos que pegaban Reutemann y (Jorge) Obeid para sacarse una foto con Cristina. Y ahora son oposición”, soltó con ironía Rossi ante este diario. Luego le apuntó directamente a Reutemann: “Para negar su acuerdo con el macrismo dice que es de centroizquierda, cuando hasta el 2003 acompañó a (Carlos) Menem, a pesar de que su política sumergió a la provincia en su peor crisis económica”, remarcó Rossi.

Los dos sectores del PJ santafesino dan su pelea interna con las encuestas en la mano. Cerca de Reutemann se ven ganadores con una “importante diferencia” con respecto al candidato socialista Rubén Giustiniani, que también aspira a renovar su banca de senador.

Pero, además, están atentos a “un factor” que podría modificar ese escenario. “Todavía (Hermes) Binner no entró de lleno en la campaña”, afirmaron a Página/12 estrechos colaboradores del Lole para dejar en claro que la intervención del gobernador en la disputa electoral empujaría a Giustiniani y podría “estrechar la brecha” que hoy arrojan los números de los sondeos. Al contrario, los hombres de Reutemann no muestran demasiada preocupación por las adhesiones que hasta ahora cosecha Rossi en las encuestas. “No nos complica”, afirman.

Del otro lado de la vereda también sacan pecho aunque con objetivos menos ambiciosos. “Nuestro piso son los votos que sacamos en la interna con (Rafael) Bielsa. Con esos números, Rossi renueva su banca”, sostienen los colaboradores de El Chivo, como llaman al titular de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, confiados en que su techo electoral “será mucho más alto”.