Será la apuesta más fuerte de la CGT en los últimos años. Y si resulta un éxito, como ansía el secretario general Hugo Moyano, el mensaje llegará a dos puntas. Se tratará de la mayor concentración sindical de los últimos años. Organizado por el Día del Trabajador, el acto será el jueves 30 de abril y tendrá un fuerte contenido simbólico. Los gremios peronistas están convocando a 9 de Julio y Belgrano, donde funcionan las carteras de Desarrollo Social y Salud. Eva Perón renunció a la candidatura a vicepresidente, en 1951, desde ese edificio de estilo monumentalista. Pero la obsesión de los dirigentes de la CGT está lejos de aquellos años. Los preocupa algo mucho más actual: que se repitan los incidentes que en los últimos años vienen protagonizando las filiales disidentes de la Uocra. Esta semana, la mesa chica de la CGT recibió informes algo inquietantes. Un importante jefe sindical habría informado sobre una reunión en las sombras de Luis Barrionuevo, Gerónimo “Momo” Venegas, Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez. “Quieren convertir nuestro acto en un nuevo Modart”, advirtió a Página/12 uno de los portavoces habituales de Moyano.

En la historia argentina, la referencia a la tienda Modart significa retrotraerse a septiembre de 1988, cuando la CGT que encabezaba Saúl Ubaldini organizaba una nueva protesta contra el ajuste –la famosa “economía de guerra”– que llevaba adelante Raúl Alfonsín. En la manifestación se produjo un saqueo masivo a la tienda, que luego derivó en una recordada represión policial. Según probaron luego varias investigaciones periodísticas, en aquel saqueo intervinieron efectivos de la SIDE y de la comisaría 2ª de la Federal. A 21 años de esos hechos, en la CGT temen que otra vez incidentes armados vuelvan a opacar una concentración multitudinaria. “Hay trascendidos que indican que a Moyano le quieren perjudicar el acto, como se espera una gran concurrencia”, advirtió a Página/12 Omar Plaini, vocal del consejo directivo de la CGT y dirigente del gremio de vendedores de diarios.

La posibilidad de que se produzcan incidentes el 30 de abril comenzó a ganar eco tras unas recientes declaraciones del jefe de la Uocra La Plata, Juan Pablo “Pata” Medina. Identificado con el duhaldismo y alineado con la CGT disidente de Barrionuevo, Medina fue uno de los protagonistas principales del choque entre camioneros, barrabravas y afiliados a la Uocra que se produjo el 17 de octubre de 2006 en San Vicente. “Seguro que pueden esperarse incidentes”, declaró Medina a un diario hace una semana. Le habían preguntado si pensaba asistir al acto de la CGT en la avenida 9 de Julio. El jefe de la Uocra platense contestó que él no movilizaría a su gremio porque no estaba de acuerdo con una dirigencia “cómplice del poder de turno” (por Moyano). Sin embargo, luego no descartó asistir en forma personal e insistió con la posibilidad de que se produzcan choques entre manifestantes. El tono de los dichos de Medina tuvo algo de irónico y hasta amenazante. “Si no va Uocra La Plata, habrá otras seccionales y puede haber un enfrentamiento igual. No hace falta que esté el Pata Medina para que haya problemas. Si estamos no vamos a aceptar provocaciones ni faltas de respeto”, fueron sus declaraciones.

Esas palabras encendieron la alarma de Moyano y su entorno. En los últimos días se debatió qué hacer con las filiales de la Uocra enfrentadas con la conducción que encabeza Gerardo Martínez. El panorama se ensombreció más cuando la mesa chica de la CGT recibió un informe de un jefe sindical sobre una supuesta reunión entre Venegas, Barrionuevo, De Narváez y Duhalde que se habría realizado en la sede del gremio de los peones rurales (Uatre). Allí se habría hablado de la convocatoria de la CGT en la 9 de Julio. “No descartamos que algún sector intente llevar adelante algún incidente. Todo lo que se haga en estos últimos 50 días va a estar directamente vinculado con el proceso electoral. Todo”, dijo a Página/12 el secretario de Capacitación de la CGT, Juan Carlos Schmidt. La luz roja ya está encendida.