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Dos palabras que serán el núcleo de toda la campaña electoral del kirchnerismo tenían un lugar estelar anoche en la escenografía del escenario del Teatro Argentino de La Plata para el lanzamiento de Néstor Kirchner, Daniel Scioli y el resto de los candidatos: “Nosotros hacemos”.

La precedía un apotegma histórico de Juan Domingo Perón: “Mejor que decir es hacer”. “Nosotros” bien pueden ser todos los integrantes del gobierno kirchnerista en sus diferentes niveles, pero la lectura se completaba con “Kirchner-Scioli”, con idéntica iconografía a la ideada por el secretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur, para la campaña presidencial de 2003 con los mismos protagonistas.

En la campaña mandará el “nosotros hacemos”, frase que puede autocompletarse con muchas variantes. Por ejemplo, “nosotros hacemos, ellos hablan”, o “ellos critican”, o “lo que ellos no hicieron cuando fueron gobierno”.

El “nosotros hacemos” también da pie para que los candidatos puedan recordar los logros de las dos gestiones kirchneristas. El mensaje lo estrenó anoche mismo el propio Scioli en su discurso, al expresar: “No se trata de lo que decimos, sino de lo que hemos hecho, de lo que hacemos y de lo que nos proponemos hacer”.

Eso se traducirá en spots publicitarios y en afiches que seguramente comenzarán a exhibirse en la tele y en la calle la semana que viene.

A diferencia del acto de lanzamiento de la fórmula Kirchner-Scioli en 2003, el de ayer tuvo más componentes de la mística peronista, aunque con una estética siglo XXI. No sólo fue la versión del Himno Nacional de Patricia Sosa –el kirchnerismo ya usó en otras ocasiones la de Charly García–, que a veces se hacía difícil de cantar en tiempo para la mayoría de los oídos amoldados a la versión escolar. También hubo un video que contaba la historia del peronismo, de Perón y Evita a Kirchner y Cristina, no como pares sino como “continuidad del mismo proceso ideológico”, según remarcaron sus realizadores a Página/12. Por allí desfilaron, además, las imágenes de personalidades del justicialismo como Arturo Jauretche, Leopoldo Marechal, Raúl Scalabrini Ortiz y una veintena más.

También el discurso de Kirchner tuvo apelaciones “al gran conductor” que fue Perón y un pedido de desagravio a Evita por las ofensivas declaraciones del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti, no sólo para la memoria de Eva Perón sino para los peronistas en general, a quien indirectamente trató de ignorantes en un increíble revival de 1955.

Todos los aspectos que se irán desgranando en los 44 días que restan de campaña estuvieron contenidos en el discurso de Kirchner, que tiró líneas hacia el pasado para confrontarlo con la gestión de su gobierno y el de su esposa; asociando el modelo que propone Francisco de Narváez con el que llevó a cabo Carlos Menem y a los dirigentes de la Coalición Cívica como integrantes del gobierno de Fernando de la Rúa; o contraponiendo la figura de Scioli con la de Julio Cobos, los dos vice que tuvo el kirchnerismo.

Pero tanto o más que en el trabajo de publicistas o en sus discursos, Kirchner se montará como parte esencial de su campaña en el contacto directo con la gente, algo que le dio mucho rédito en las campaña de 2003, pero sobre todo en las de 2005 y 2007.