Domingo, 7 de junio de 2009 | Hoy
EL PAíS › A TRES SEMANAS DEL 28 DE JUNIO, LAS ENCUESTAS MUESTRAN DIFERENCIAS VARIABLES Y DUDAS SOBRE LOS TERCEROS
En la provincia y en Capital quedan en claro los dos primeros puestos, pero los pronósticos varían mucho sobre por cuánto. En la Ciudad, el tercer puesto está muy peleado y en la provincia hay estudios que muestran porcentajes muy disímiles de diferencia.
Por Raúl Kollmann
El binomio Néstor Kirchner-Daniel Scioli se impone ampliamente en tres de las cuatro encuestas a las que tuvo acceso Página/12, mientras que en la cuarta la diferencia es de tres puntos, siempre a favor de la fórmula del Frente para la Victoria y con Francisco de Narváez-Felipe Solá en el segundo lugar. Las discrepancias entre los estudios se profundizan a la hora de evaluar al binomio Margarita Stolbizer-Ricardo Alfonsín. Hay dos consultoras que afirman que la diferencia entre los candidatos de Unión-PRO y el Acuerdo Cívico y Social es estrecha –cuatro puntos–, mientras que las otras dos hablan de una distancia considerable de ocho y hasta 13 puntos. En la Capital Federal, hay unanimidad sobre el primer lugar que ocupa Gabriela Michetti y también en que la de Alfonso Prat Gay está segunda. A partir de allí, empiezan las polémicas. En algunos estudios, Prat Gay está muy distante del tercero, en otros más cerca. Tampoco hay mucho acuerdo sobre quién ocupa el tercer lugar, aunque todos coinciden en que las diferencias entre Carlos Heller, del Frente por la Victoria, y Fernando “Pino” Solanas, de Proyecto Sur, son mínimas.
Las conclusiones en la provincia de Buenos Aires surgen de trabajos realizados por el Centro de Opinión Pública (CEOP), que lideran Roberto Bacman, Ricardo Rouvier y Asociados, la consultora Equis, de Artemio López, y la encuestadora Isonomía, que lidera Rodrigo Martínez. Respecto de los estudios en la Capital Federal, fueron hechos por Opinión Pública Servicios y Mercados (OPSM), que dirige Enrique Zuleta Puceiro; Analogías, de Analía del Franco, y Ricardo Rouvier y Asociados.
En los últimos días hubo mucha polémica sobre la cuestión de las encuestas en territorio bonaerense. Elisa Carrió y Ricardo Alfonsín sostuvieron que aparecerían los estudios de opinión mostrando que Kirchner-Scioli están primeros, pero con De Narváez-Solá muy cerca y el Acuerdo Cívico y Social a considerable distancia. Se referían, obviamente, a los sondeos de Poliarquía, que hoy publica el diario La Nación, al de Isonomía y a algún otro que se está preparando. Según Carrió y Alfonsín se trata de una maniobra, esencialmente de la campaña de De Narváez, para polarizar la elección y que los votantes que quieran castigar a Kirchner opten por hacerlo a través del candidato con más chances, supuestamente De Narváez.
La polémica es tradicional en las campañas electorales. Unos candidatos se acusan a otros de utilizar las encuestas como publicidad de campaña. El punto débil del argumento de Carrió y Alfonsín es que no exhiben ninguna encuesta con sus propios datos: una fuerza que se ubica segunda a nivel nacional y que incluye al radicalismo, con dos millones de afiliados, no puede carecer de un instrumento clave en cualquier campaña como es una encuesta. Aun así, lo cierto es que la mayoría de los sondeos coincide en que Kirchner está primero, De Narváez segundo y Stolbizer a una distancia que varía entre los cinco y los ocho puntos respecto del candidato de Unión-PRO.
Desde el punto de vista del análisis, efectivamente los consultores están de acuerdo en que el voto de Stolbizer-Alfonsín, sobre todo en el interior provincial, le pone un límite al crecimiento de De Narváez-Solá. Artemio López le entregó a este diario un trabajo en el que viene discriminada la intención de voto del conurbano y el interior de la provincia. En esta última zona, en la que vive un tercio de los votantes del mayor distrito del país, la fórmula del Acuerdo se ubica en el primer lugar, con poca diferencia respecto de Unión-PRO, segundo, y el FPV, tercero. Por supuesto que en el interior bonaerense tienen mucho peso los numerosos intendentes con los que cuenta el radicalismo. En general, los encuestadores coinciden en que las posibilidades De Narváez-Sola están en la pelea de votos que hoy son de Stolbizer-Alfonsín: parece improbable la existencia de flujo de votantes entre el oficialismo y la oposición, los movimientos pueden estar dentro de la propia oposición.
De las cuatro encuestas que hoy publica este diario, en dos –la del CEOP y la de Equis– la diferencia entre De Narváez y Stolbizer es estrecha: menos de cuatro puntos. Para Rouvier, la luz es de prácticamente diez puntos e Isonomía habla de doce.
Como se sabe, la ventaja principal del FPV está en el segundo cordón del conurbano bonaerense. Hay encuestas que incluso señalan que en toda la zona sur del Gran Buenos Aires también Kirchner gana en el primer cordón, es decir en distritos como Avellaneda, Lomas de Zamora, San Martín y Lanús. Por eso, se habla de diferencias que van desde los 13 hasta los 17 puntos en el conurbano, un margen que, teniendo en cuenta que dos tercios del padrón votan allí, se haría indescontable.
Un dato que llama la atención es que en los sondeos que exhiben menor distancia entre Kirchner y De Narváez aparece una cantidad importante de indecisos, que está entre el 18 y el 20 por ciento, un porcentaje demasiado alto a tres semanas de los comicios. Debe tenerse en cuenta que el encuestador no pregunta simplemente por quién vota el encuestado, sino que se agrega una batería de preguntas: ¿a quién seguro no votará?, ¿entre quién y quién está?, ¿qué imagen tiene de cada candidato? Sobre esa base tiende a hacerse una asignación importante de los que en la primera pregunta contestan que todavía no saben a quién van a votar. Los consultores que tienen más diferencia a favor de Kirchner afirman que justamente en ese electorado, que de entrada se manifiesta como indeciso, es donde el ex presidente saca mayor ventaja, porque se trata de votantes de sectores más bien humildes, no tan politizados y con una visión moderada.
En la Capital Federal, una de las mayores incógnitas es quién sale tercero. Existe cierto acuerdo en que hoy en día están casi empatados Carlos Heller y Pino Solanas. También los consultores verifican de forma unánime la caída de Aníbal Ibarra, que hasta hace un mes estaba tercero, pero hoy se ubica en el quinto lugar, con alrededor del seis por ciento de los votos. Estas tres semanas serán decisivas para dirimir ese tercer lugar. Según señala Analía Del Franco, Heller, Solanas e Ibarra compiten –en parte– por el mismo electorado. Heller tendría posibilidades de avanzar en base a que todavía es poco conocido, con la campaña lo conocerán más y tiene en la mira al 20 por ciento que, por ejemplo, apoyó en su momento a Daniel Filmus. Pino Solanas ya está por encima del voto-protesta que en su momento logró Luis Zamora, pero tiene varios consultores creen que todavía tiene una franja de indecisos sobre la que podría avanzar.
Para todos los encuestadores está claro que el primer lugar será para Gabriela Michetti, del PRO. Las diferentes ópticas sólo tienen relación con la distancia que le va a sacar a Alfonso Prat Gay y, por supuesto, si el macrismo perderá o no votos respecto de la anterior elección. Para OPSM, Prat Gay no termina de arrancar, algo con lo que coincide Hugo Haime, quien la semana pasada dio a conocer su encuesta porteña e incluso planteaba la posibilidad de que Prat Gay terminara con porcentajes muy parecidos a los de Solanas y Heller. Para Rouvier y Analogías, Prat Gay ya se distancia bastante del tercero y supera el 20 por ciento de los votos.
En el lote de partidos de izquierda, Luis Zamora parece ubicarse nuevamente a la cabeza. Con ese porcentaje –aproximadamente el cuatro por ciento– no conseguiría una banca en la Cámara de Diputados, pero sí puede obtener un lugar en la Legislatura porteña. De inmediato se ubica Vilma Ripoll (Nueva Izquierda), con cerca del tres por ciento.
En las tres semanas que faltan, también se va a dilucidar otro debate, más teórico, que existe entre los consultores. Una parte de ellos sostiene que las cosas han cambiado muy poco en los últimos meses. “Lo que se ve hoy, ya se veía en enero”, suele repetir Enrique Zuleta. Es decir que el apoyo a las distintas fuerzas políticas se mantiene estable y los movimientos son pequeños, en función de los candidatos y las campañas. Para otros consultores, todavía hay posibilidades de que las cosas se modifiquen, no de una forma rotunda, pero sí en proporciones importantes. “La gente decide su voto en la última semana, sobre todo si pasa algo importante”, argumentan. Lo cierto es que en las últimas elecciones no hubo grandes sorpresas –los triunfos de Cristina, Macri, Scioli, estaban previstos–, pero se supone que cada comicio es un mundo.
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