Con el cambio del régimen de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) que planea el Gobierno como tema central, la cúpula de la CGT se reunirá esta tarde por primera vez luego de la crisis de mediados de julio en la que estuvo al borde de la fractura.

El secretario general, Hugo Moyano, convocó a todos los integrantes del consejo directivo para hoy, a las 15, pero hasta anoche no estaba confirmada la presencia del sector de los llamados Gordos, que mantienen una lucha de poder con el camionero. En cambio, parece más factible que asistan los gremios llamados “independientes”, es decir no encolumnados con ninguno de los sectores, que encabezan Gerardo Martínez, de la Uocra, y Andrés Rodríguez, de UPCN.

Este sector, que nuclea a los dirigentes sindicales más conservadores, venía reclamando como paso previo a una reunión del consejo directivo un encuentro de la “mesa chica” de la conducción, a lo que Moyano no accedió.

De todas maneras, ayer hubo negociaciones, que seguramente seguirán hoy, para que los Gordos asistan y den su respaldo al proyecto del Gobierno de modificar pautas claves de las ART, como triplicar el monto de las indemnizaciones por accidentes de trabajo y ampliar la cobertura de enfermedades que son consecuencia del trabajo y que hoy no están contempladas, y darles la posibilidad a las obras sociales sindicales de ser también prestadoras en el sistema. Este último punto es el que Moyano y el Gobierno exhiben como mayor atractivo para que los Gordos apoyen las modificaciones.

La CGT dividió sus aguas a partir de los posicionamientos de sus dirigentes respecto de las elecciones legislativas. A los Gordos les molestó el acto que hizo Moyano para respaldar las candidaturas del kirchnerismo, ya que muchos de ellos –especialmente el gastronómico Luis Barrionuevo y el peón rural Gerónimo Venegas– dieron su apoyo a la alianza entre Mauricio Macri y Francisco de Narváez.

La derrota del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires hizo que los Gordos pudieran facturarle a Moyano su apoyo al Gobierno y comenzaron a presionarlo para que lograra que desde el Ministerio de Salud no les retacearan a sus gremios fondos de la Administración de Programas Especiales (APE), destinados a coberturas médicas de alta complejidad. Los Gordos aseguran que en el reparto de ese dinero siempre tienen prioridad los sindicatos moyanistas.

Cuando la fractura de la CGT estaba a un paso de concretarse, la intervención del Gobierno, a través del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y del de Planificación, Julio De Vido, logró calmar las aguas. El combo incluyó un pedido público de disculpas por parte de Moyano por sus actitudes “personalistas”, según la acusación que hallaron los gordos, para englobar los temas que los separaban del camionero.

La acusación puede seguir vigente mientras Moyano no logre realinearlos. Una buena ocasión para clamar contra el personalismo se puede dar el 18 de septiembre, cuando Moyano lance en Mar del Plata una agrupación político-sindical que compita con las 62 Organizaciones, que, de la mano de Venegas, está al servicio de Macri y De Narváez.