Federico Faggionatto Márquez quedó lejos del juicio político. La Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura resolvió desestimar una primera tanda de cargos contra el juez federal de Zárate-Campana, alejando al magistrado de la posibilidad de ser llevado a un jury por mal desempeño. La decisión puede ser revertida por el plenario del Consejo de la Magistratura, aunque lo usual es que ratifique lo votado en la Comisión de Acusación, donde ayer ganó la postura kirchnerista, que consideró que no había pruebas suficientes contra el funcionario judicial.

Los cargos contra Faggionatto reunían denuncias de irregularidades en varias causas, entre las que estaba una que lo acusaba de haberse presumiblemente quedado con una cosecha de soja administrada por su juzgado. En cambio, no estaba en el paquete la denuncia por la investigación del tráfico de efedrina, un caso que ganó repercusión cuando Faggionatto llamó a declarar, en la campaña electoral, al entonces candidato del PJ disidente Francisco de Nárvaez.

El combo de denuncias desestimado tuvo como su instructor al senador Ernesto Sanz, vicepresidente del Consejo de la Magistratura, quien había presentado un dictamen para promover el jury. Al debate de ayer concurrieron seis consejeros. La postura de Sanz sumó tres votos, ya que respaldaron su dictamen sus pares Mariano Candioti (representante de los académicos) y Santiago Montaña (representante de los abogados).

La diputada kirchnerista Diana Conti fue la encargada de plantear la desestimación de los cargos. Conti consideró que las pruebas reunidas no eran suficientes. Uno de sus argumentos fue que se trataba de denuncias promovidas por el fiscal de primera instancia Orlando Bosca, quien mantiene un antiguo y público enfrentamiento con el juez. La consejera señaló que Bosca declaró como testigo en este caso, pero que muchos de sus dichos no fueron respaldados por su superior, el fiscal de Cámara. Conti reunió tres votos –el del viceministro de Justicia, Héctor Masquelet; el del senador del Frente para la Victoria Nicolás Fernández y el propio–, con lo que la votación quedó empatada. Como titular de la comisión, la diputada debió desempatar y así definió la desestimación.

Tras este resultado, Sanz criticó al oficialismo: “Pregunten a ellos, porque las pruebas yo las junté”, declaró. Consultado sobre qué hará el plenario del Consejo, que se reúne la semana próxima y deberá respaldar o revocar la medida, Sanz anticipó que “sería muy extraño que el oficialismo cambiara su postura en el plenario cuando ya fijó su posición en la Comisión de Acusación”.

En su dictamen, el senador había asegurado que en las causas en las que Faggionatto Márquez “tiene un interés personal, se evidencian continuas arbitrariedades, parcialidades manifiestas, desconocimiento del derecho inexcusable, violación a las normas y garantías constitucionales, falta de prudencia y falta de mesura en el desempeño de su función”.

Sanz sostuvo que, por ejemplo, en el caso de la cosecha de soja que el juzgado debió administrar, “hubo desaprensión en los recaudos mínimos que debió tomar el juez para garantizar el resguardo y la transparencia” de esta tarea. Entre las faltas que le adjudicó figuran el no haber establecido “una nómina de los autorizados a ingresar” al campo ni haber “identificado los camiones que debían transportar la cosecha”.

Para el senador radical, las acusaciones contra Faggionatto evidenciaron que “no nos hallamos ante meros errores humanos, sino frente a un juez que ha desconocido las cualidades necesarias para la honorable tarea de administrar justicia, traspasando en reiteradas ocasiones los límites de la discrecionalidad”.

Contra el juez de Zárate-Campana quedan otras denuncias abiertas dentro del Consejo de la Magistratura. Faggionatto fue nombrado juez durante el gobierno de Fernando de la Rúa, con el padrinazgo de Darío Richarte (entonces número dos de la SIDE). El magistrado tuvo picos de exposición mediática cuando durante el conflicto por las retenciones encausó a productores agropecuarios por la quema de pastizales, en lo que sintonizó con el Gobierno, y más tarde con su investigación de “la ruta de la efedrina”.