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José Luis “Billy” Zampa no está. El equipo de fiscales a cargo de la investigación por la muerte del empresario Hernán González Moreno esperaba al director de Información Pública del gobierno de Arturo Colombi para tomarle declaración. El funcionario mandó un parte de enfermo, y cuando el médico judicial llegó a su casa para chequearlo y preguntó por él, Billy ya no estaba. Como en una comedia de enredos, salió en defensa su madre, dijo que Billy estaba “muy mal”, “internado”, “en una clínica de Resistencia o en un hospital”. Para los fiscales, esa respuesta habilitó las sospechas de la fuga. En tanto, anoche recorrieron la Estancia El Rincón, en el escenario de la muerte, detrás de nuevas pistas.

Billy Zampa aún es uno de los principales colaboradores del gobernador Arturo Colombi. Jefe de Información Pública de la provincia, era socio de Hernán González Moreno en la agencia Noticias Corrientes, el portal de información pública del gobierno. Desde el día de la muerte, Zampa fue el encargo de difundir la versión del gobierno, instaló la hipótesis del suicidio, explicó que su “gran amigo” se había “quebrado” y vinculó el caso con la denuncia de González Moreno contra Ricardo Colombi, el entonces candidato de la oposición.

La Justicia lo convocó como testigo por dos datos: Zampa habló con González Moreno poco antes de la muerte y estuvo entre las ocho personas que aparecieron después, en los palmares de El Rincón, tres o cuatro horas antes de que llegara el fiscal Guillermo Barry.

La desaparición del director de Información Pública, sin embargo, puede no estar vinculada directamente con esta causa. Zampa y González Moreno estaban a punto de ser indagados en una investigación paralela por el manejo de fondos provinciales en la Agencia Corrientes Noticias. En la causa del suicidio, Zampa no está imputado. Los fiscales lo citaron para que amplíe sus declaraciones públicas, sobre todo porque habría contradicciones entre sus dichos y los testigos.

La ronda de testimonios empezó el martes con Lisandro Mantilla, primo hermano de González Moreno, uno de los últimos en verlo. Ayer declararon Juan Manuel Saloj y Ramón Guevara, ambos de la Agencia. Saloj también habló con González Moreno; habló de eso con los fiscales, también de la agencia y de la posición del cadáver. Lo mismo sucedió con Guevara.

La posición del cuerpo todavía es un dato llamativo. Desde un primer momento se dijo que González Moreno apareció acurrucado, pero ahora se afirma que estaba en posición “fetal”, supuesto indicador de que intentaba defenderse. Otro de los datos de las declaraciones fueron los horarios de las llamadas. Allí puede haber una contradicción con Zampa, quien hasta ahora dijo a un grupo de periodistas que habló con su amigo a las 23.30 de del jueves, media hora más tarde que el gobernador y una hora después del cierre del acto de campaña.

Otro de los elementos bajo análisis es la posición de la pistola. Eso analizaron ayer. La Colt 45 apareció muy bien acomodada en el asiento del acompañante. Para los investigadores es bastante sospechoso porque, dicen, el arma que usa una persona que se dispara suele caer a seis o siete metros de distancia si es una habitación. Como en este caso, el espacio es más chico, buscan una marca en el auto haber si golpeó.

Otro dato oscuro es el arma. No se sabe de quién es, pero además surgió una duda sobre el año de fabricación. Hasta ahora se dijo que era una Colt 45 de 1902, pero la primera Colt de ese calibre que se fabricó es de 1905. Consultado por este diario, un perito del caso explicó que la pistola en realidad tiene varios años grabados, de acuerdo con los registros de los nuevos propietarios. En ese sentido, aceptan que se pudieron equivocar. Que el registro que se ve realmente es 1905 y que el otro puede ser 1912 y no 1902. El dato no es menor, para nada: en la antigüedad de la pistola reside la posibilidad de que haya dejado o no rastros de pólvora en las manos.