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Martín Redrado desistió ayer del recurso de amparo que había solicitado ante la Justicia para evitar que el Gobierno lo desplace y nombre a su reemplazante. Consideró que, consumada su renuncia, aquella acción judicial no tenía sentido. Frente a la intención del ex titular del Central de mostrarse como saliente por sus propias convicciones, la estrategia del Gobierno es no aceptar su renuncia, con el objetivo de que su remoción quede justificada por incumplimiento de las funciones de funcionario público. Para ello debe esperar que hoy se pronuncie la Comisión Bicameral.

El final del “affaire Redrado” provendrá luego del dictamen que saque la Comisión que preside Julio Cobos. El ex funcionario prefirió apurarse para mostrar una salida voluntaria y evitar así un eventual revés en el Congreso. Además, buscó dar signos del cuidado a “las instituciones y a la república” que propugna en lo discursivo, pese a que fue él mismo quien obvió la voluntad del Congreso, que antes había calificado de fundamental, al apurar su renuncia.

Redrado consideró que, concluida definitivamente su labor al frente del Central, el recurso que había presentado ante la Justicia para evitar su remoción y que el Ejecutivo designara definitivamente a otro presidente ya no tenía sentido. “Dado que a partir de la renuncia presentada se ha perdido el interés jurídico en mantener la tutela cautelar otorgada por la Cámara respecto a que el Poder Ejecutivo no pueda nombrar con carácter definitivo a un nuevo Presidente del BCRA, se ha presentado a la Justicia el desistimiento expreso de la medida cautelar otorgada a instancias de su requerimiento judicial”, señaló en un comunicado de prensa.

El recurso que Redrado había interpuesto para evitar su destitución había sido aceptado por la jueza María José Sarmiento. Luego, la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal lo dejó en una posición más endeble, con su destitución confirmada, aunque sin que el Gobierno pudiera nombrar definitivamente a su sucesor hasta que la Comisión Bicameral –ya en aquel momento formada– se expida. Más allá de que la prohibición de designar un nuevo presidente quedaría ahora sin efecto, los pasos del Ejecutivo están sujetos a que la comisión se expida sobre el ex Golden Boy.

Después del acto del viernes por la noche, en el que presentó en público su salida, Redrado hizo lo propio mediante una carta frente a la presidenta Cristina Fernández. El texto fue divulgado por el ex banquero durante el sábado. Justificó su decisión ante CFK con argumentos similares a los esgrimidos en público: “Habiéndose cumplido con la convocatoria de la Comisión Bicameral, reunidos todos los elementos para expedirse sobre el Decreto 2010/1009 –que dispuso la remoción de Redrado–, considero que ni las reservas de los argentinos ni la independencia de criterio del Banco Central corren un riesgo inmediato. No obstante, entiendo que la decisión más favorable al interés general es el de presentar mi renuncia al cargo que, con toda responsabilidad, desempeñé durante casi seis años”, indicó en su presentación ante Cristina.

Además, no faltó la cuota de autobombo que lo caracteriza. “Tengo la satisfacción que en el período 2004-2010 el Banco Central superó la más importante crisis financiera de las últimas décadas, brindando estabilidad monetaria, financiera y predictibilidad cambiaria a todos los argentinos.” Como en su presentación del viernes, Redrado omitió decir que la estabilidad en todos los frentes que cita provino esencialmente de parte de un esquema macroeconómico –dirigido por el Gobierno– que permitió crear las bases de sustentabilidad para que, por ejemplo, el Banco Central tuviera la holgadez necesaria para que la crisis internacional no afectara en forma profunda a la economía local.