El Consejo Federal de Educación se reunió ayer y acordó estrategias para asegurar la aplicación de la Asignación Universal por Hijo, que atraerá una mayor cantidad de niños al sistema educativo. Además, sellaron el compromiso de cumplir con los 180 días de clases y se expuso el panorama de la situación en cada una de las provincias. Aunque había expectativas acerca de un posible anuncio sobre la convocatoria a la paritaria nacional, el tema formalmente no se tocó en la reunión. Los gremios reclaman celeridad para comenzar a hablar de aumentos salariales.

Los ministros de Educación de las 24 jurisdicciones del país se reunieron en el Palacio Sarmiento, donde acordaron las líneas de acción para asegurar que la Asignación Universal por Hijo, puesta en marcha por el Gobierno, se concrete en las aulas. En la reunión los funcionarios del área expusieron el estado de situación en el que se encuentran sus provincias para hacer frente a la nueva incorporación en el sistema escolar de la gran cantidad de nuevos alumnos para este año. En Chaco, por ejemplo, recibirán más de 35 mil estudiantes que se encontraban fuera del sistema. El gobierno de esa provincia anunció que los absorberá sin problemas aunque evalúa algunas medidas de emergencia como la construcción de algunas aulas. El Ministerio de Educación nacional informó que la asignación alcanza hasta el momento a 3.387.520 niños y jóvenes repartidos por edades en 936.903 de 1 a 5 años, 1.211.002 de 6 a 11 años y 1.239.615 de 12 a 18 años.

En la primera reunión del año del Consejo no se tocó de manera formal la situación gremial en las distintas regiones. Los sindicatos docentes empujan desde fines del año pasado para que se abra la discusión salarial, pero en todos los casos la respuesta es la misma: primero debe realizarse la paritaria nacional. En Corrientes, el ministro de Educación, Orlando Macció, aseguró luego de una reunión con los gremios locales que no podía decir que no “hay compromiso sindical de un inicio normal de clases” y les pidió “un gesto de buena voluntad” para iniciar las clases el 1º de marzo, tal como está establecido en el cronograma.

En Buenos Aires los representantes sindicales y los funcionarios provinciales ni siquiera se reunieron y el conflicto ya está instalado. El director general de Escuelas bonaerense, Mario Oporto, había convocado a un encuentro, pero el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, la suspendió porque “los gremios van a venir a hablar de salarios y ésta no es una paritaria”.

“Que no hayamos hecho la reunión formal no significa que no sigamos hablando o comunicando o viendo los temas que podemos anticipar”, manifestó Oporto en un intento por bajar el tono del conflicto. Las organizaciones gremiales, sin embargo, se proclamaron en “estado de alerta y movilización” ante el desplante gubernamental.

Finalmente, también los docentes universitarios nucleados en Conadu –uno de los tres gremios del sector– se sumaron al reclamo de apertura de “la mesa de negociación salarial” y para “avanzar en la discusión de los temas pendientes del acta paritaria” del año pasado.