José Aizpun, titular de la empresa Ascensores Servas, dijo que “nunca” le habló al ex embajador en Caracas Eduardo Sadous de que le hayan pedido retornos para poder vender sus productos a Venezuela. El empresario sostuvo que tuvo un encuentro con el diplomático al comienzo de su gestión –entre fines de 2002 e inicios del 2003, dijo–, pero en aquel entonces, señaló, no existía ni el convenio por el cual Argentina importaba fuel oil y los venezolanos compraban productos argentinos, ni el fideicomiso que administraba el dinero. Rafael Bielsa, que fue canciller en la época en que se sustanció el acuerdo bilateral, también desmintió a Sadous. “Estamos ante denuncias con poco fundamento, atadas con alfileres aquí y allá”, cuestionó. “El 15 por ciento que pagaron los empresarios es la tasa de trading que corresponde al rubro Metalmecánica”, dijo.

Cuando declaró como testigo ante el juez federal Julián Ercolini y se refirió a las supuestas coimas, Sadous nombró a dos empresarios que –según su versión– le dijeron que desde el Ministerio de Planificación les exigían “un peaje” de entre 15 y 20 por ciento para poder exportar sus productos a la tierra de Hugo Chávez. Uno era el ganadero Eduardo Cabana, que según el ex embajador no logró una venta prevista de mil vaquillonas. El otro era Aizpun, que sí cerró una venta de ascensores para los ministerios venezolanos de Salud y Defensa. Cabana dijo días atrás que si es él a quien se refirió Sadous, le llamaba la atención porque no se conocen y las vaquillonas eran veinte. Aizpun publicó una solicitada en la que afirma que “es absolutamente falso” que sus contratos “hayan sido fruto de hechos de corrupción de ninguna especie”.

Cabana está citado como testigo para la semana que viene. Aizpun está en veremos: no está claro para el juez si es testigo o imputado. Igual que él, están bajo análisis de Ercolini y el fiscal Gerardo Pollicita por lo menos 39 compañías que exportaron a Venezuela, sus convenios y las intermediarias que contrataron.

Aizpun dijo ayer por radio que se reunió con Sadous en una oportunidad cuando aún “no existía ni el fideicomiso ni el convenio de integración argentino-venezolano que recién aparece a mediados de 2004”. “Nuestra empresa trabajaba en el mercado venezolano ya en 2002 y deseaba expandir sus negocios en el rubro de la construcción en manos privadas (...) Nuestros contratos se firmaron en el segundo semestre de 2005. El señor Sadous ya no era embajador en Venezuela desde fines de 2004, así que ese supuesto comentario que nunca se le dijo sería imposible por el contexto del tiempo”, enfatizó. Aizpun negó, además, cualquier relación de su empresa con la intermediaria Palmat. “Ascensores Servas siempre actuó en forma directa”, porque “no necesitó” una trader, se defendió. De todos modos, dijo, “no hay nada extraordinario en que una compañía pueda requerir el uso de una trading: en Argentina casi todo el comercio internacional se realiza a través de compañías trading, que son muy importantes”.

Otro empresario, pero del rubro cosmético, Juan José Levy, también salió a decir que exportó sus productos a Venezuela, pero en el marco de las tratativas “lo único que pagué fue mi pasaje”, ironizó. “Viajé en cinco o seis oportunidades para concretar el contrato de negocio”, precisó el fabricante de cremas de enjuague y productos dentales. “No se nos acercó nadie a pedir nada ni de Venezuela ni de la Argentina”, comentó para despegarse de las versión de las coimas. Levy dijo que tampoco contrató intermediarios, sino que logró el contacto vía Cancillería.

El papel de las intermediarias quedó en la mira judicial por la difusión de un expediente que tramitó la Defensoría del Pueblo de la Nación, cuando la dirigía Eduardo Mondino. Mondino dijo que no hizo ninguna denuncia porque no le pareció que hubiera delito en función de la explicación de las empresas, pero la declaración de Sadous torció su parecer. La Defensoría había corroborado que Palmat International y Madero Trading cobraron comisiones del 15 por ciento como intermediarias en la venta de maquinaria agrícola a Venezuela.

Según el titular de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, José María Alustiza, “todas las traders de maquinaria agrícola cobran entre el diez y el quince por ciento” de comisión dado su tarea “compleja” (mencionó el transporte, trámites de entrada hasta solución de roturas del traslado). En un reportaje publicado por Página/12, dijo que el cinco por ciento es una cifra que sólo se cobra en el mercado de granos.

“El trabajo de Palmat –recalcó– fue facturado, se pagó en blanco, con cheques.” “Es ridículo suponer que 39 empresas nos pusimos de acuerdo para pagar una coima”, dijo.

El ex canciller Bielsa, que ocupó ese cargo entre 2003 y 2005, puso en duda la denuncia del ex embajador Sadous y sugirió que “está atada con alfileres”. Recapituló que cuando Sadous envió un cable diplomático (titulado “fideicomiso grave situación”) donde “decía que se sacaba dinero del fideicomiso y luego se refinanciaba para conseguir una utilidad”. “En ese momento –relató ayer el ex funcionario–, envié una carta al embajador de Venezuela en la Argentina. Me contestó que por desconocimiento del manejo de la herramienta (en alusión al fideicomiso) se sacó dinero. Se lo comuniqué al presidente Kirchner, a quien le pareció que era razonable, tanto la carta que yo había mandado, como la respuesta del embajador. Todo esto lo hice público en su momento.” Según Bielsa, el famoso 15 por ciento corresponde a las comisiones, “es la tasa de trading que corresponde al rubro Metalmecánica”. De todos modos, dijo que con la etapa “de compra de maquinaria agrícola” y las “denuncias de Eduardo Buzzi” “no tengo nada que ver”. “Pregúntenle a Cancillería. Si alguien tiene que rendir cuentas, no es ni Rafael Bielsa ni Néstor Kirchner”, añadió.

La declaración de Sadous en la causa que investiga Ercolini, a partir de una denuncia presentada por la diputada Elisa Carrió, hasta ahora no ha sido confirmada por ninguno de los señalados por el ex embajador en Caracas.