Viernes, 25 de junio de 2010 | Hoy
EL PAíS › UN CHICO DE 18 AÑOS, ATROPELLADO POR DOS ASALTANTES
Luego de haber concretado dos robos, dos hombres intentaban huir ayer a bordo de una moto cuando, en Luis María Campos y Benjamín Matienzo, en el barrio de Palermo, atropellaron a un muchacho de 18 años. El chico sufrió graves heridas, una de ellas en la cabeza. Fue trasladado al Hospital Fernández, pero falleció antes de que pudieran asistirlo. Los asaltantes, de 25 y 28 años, cayeron de la moto y fueron detenidos, con diversos politraumatismos.
La víctima, Agustín Sartori, de 18 años, había asistido ayer por la mañana al hospital para realizarse un chequeo médico y a poco de salir fue atropellado por la moto en la que dos hombres intentaban escapar después de cometer dos asaltos.
El muchacho, hijo del teniente coronel Juan Pedro Sartori, era jugador de rugby de tercera línea del club Centro Naval y estaba a punto de ingresar al seleccionado nacional juvenil Los Pumitas, según contaron sus amigos.
Los dos asaltantes habían cometido primero un robo en el barrio porteño de Belgrano: rompieron la ventanilla del acompañante a una mujer que circulaba en su auto Mazda gris y le robaron la cartera.
Luego, a unas diez cuadras de allí, en Luis María Campos y Teodoro García, cometieron otro robo con la misma modalidad, contra otra mujer que iba en un Peugeot 406 negro.
“Se trata de delincentes que actuaban con la misma modalidad: ven que una mujer lleva la cartera apoyada en el asiento, le rompen el vidrio con una piedra y se la roban”, explicó un policía.
Sartori falleció antes de llegar al hospital. Los dos ocupantes de la moto también recibieron heridas y fueron trasladados al mismo centro asistencial, donde les secuestraron una billetera con dinero y documentación que sería de una de las mujeres asaltadas.
Fuentes policiales aseguraron que la identificación de la víctima demoró varias horas porque en el momento del accidente no llevaba los documentos. Pero como el muchacho vestía una campera del Centro Naval, los investigadores se dirigieron a ese club y allí pudieron dar con su familia.
“Los delincuentes que lo atropellaron destruyeron a una familia”, dijo conmovida la madre de un amigo del chico. “Para muchos es una victima más –agregó–, pero para nosotros no.”
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