EL PAíS › LAS DECLARACIONES DE DOS TESTIGOS COMPROMETIERON A LUIS PATTI

“Parecía una película de terror”

“Patti le dijo a mi hermano que se alejara de la Juventud Peronista porque, si no, lo iba a matar”, dijo Oscar Tomanelli, hermano de José Tomanelli, asesinado durante la dictadura. Un gendarme contó cómo halló cadáveres incinerados cerca de la comisaría de Escobar en 1976.

Un joven militante peronista de Escobar, asesinado por la dictadura militar y cuyo cadáver fue incinerado para evitar que fuera reconocido, había sido previamente amenazado de muerte por el entonces subinspector de la Policía Bonaerense Luis Patti. Así lo declaró ayer Oscar Tomanelli, hermano de la víctima, frente al Tribunal Oral Federal 1 de San Martín, en el marco del juicio que se está realizando contra el represor por crímenes de lesa humanidad. En el mismo sentido, declaró en la audiencia un gendarme que dijo haber “levantado” cadáveres incinerados en un paraje cercano a la comisaría de Escobar en 1976, en una escena que “parecía una película de terror”. De esta forma hizo referencia al hallazgo de los cuerpos de militantes montoneros secuestrados y asesinados en un episodio que se atribuye al detenido ex comisario Patti.

“Supe que una vez Patti golpeó a mi hermano y le dijo que se alejara de la Juventud Peronista porque, si no, lo iba a matar”, declaró Oscar Tomanelli, hermano de José Enrique Tomanelli. El episodio ocurrió antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, cuando Patti era oficial de calle en Escobar. Según la acusación, Patti amenazaba tanto a Tomanelli como a Gastón Roberto Gonçalves, por cuyo asesinato está puntualmente acusado, y al poeta Tilo Wenner, por su militancia barrial en esa localidad del norte bonaerense. Posteriormente, tras el golpe, fueron secuestrados y tanto Gonçalvez como Tomanelli estuvieron en un camión celular estacionado en los fondos de la seccional 1ª de Escobar, donde fueron torturados y sus cuerpos aparecieron luego calcinados. El testigo también aseguró que el gendarme Claudio Alberto Albornoz “me dijo que sí había reconocido los cadáveres” que aparecieron incinerados, y que le confió que “uno de ellos era mi hermano”.

Sin embargo, a su turno ante los jueces, el gendarme Albornoz no admitió haber reconocido los restos. “Levanté tres cadáveres que habían sido incinerados. Eran irreconocibles, parecía una película de terror”, expresó Albornoz, en una nueva audiencia del juicio oral, en el que junto a Patti están acusados el dictador Reynaldo Bignone, el ex general Santiago Omar Riveros y el ex comisario de Escobar Juan Fernando Meneghini. El operativo en cuestión se desarrolló el 2 de abril de 1976 en “El Cazador”, donde se encontraron los cuerpos calcinados y baleados en la cabeza de Gonçalvez, de Tomanelli y de Wenner. Albornoz aseguró nunca haber visto algo así: una montaña de neumáticos y cuatro cadáveres irreconocibles. “Fue lo peor que vi en mi vida. La ecuación era lógica: el fuego se usó para eliminar huellas, para hacer desaparecer.” Todos fueron enterrados como NN en el cementerio de esa localidad hasta que sus restos fueron identificados por el Equipo de Antropología Forense. “Tener cadáveres NN es la cosa más normal del mundo”, había dicho el represor Patti, siendo intendente de Escobar.

“Había lugares sin sepultura, sin una flor, sin una cruz: eso me llamó la atención”, dijo, por su parte Patricia Auch, trabajadora del cementerio de Escobar, cuyo testimonio fue una bisagra en la investigación. Auch trabajó allí entre 1995 y 1996. En una ocasión, debió participar de la exhumación de un cuerpo, bajo el cual aparecieron otros restos óseos. “Tenía las zapatillas puestas y no había ningún cajón ni anotación en los libros”, recordó la testigo. Auch dio información detallada de las irregularidades cometidas en el cementerio, de sus denuncias y de las persecuciones que sufrió a causa de su testimonio.

En esta primera etapa del juicio, el Tribunal escucha los testimonios relativos al asesinato de Gonçalvez. Luego se iniciará la etapa relativa a lo ocurrido con el ex diputado Diego Muñiz Barreto y su secretario Juan Fernández. Sólo uno de los imputados escuchó a los testigos: Meneghini, el entonces comisario de Escobar. Los demás, incluyendo a Patti, aguardaron en la sala contigua.

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Según la acusación, Patti amenazaba tanto a Tomanelli como a Gastón Roberto Gonçalves, también asesinado.
Imagen: Rafael Yohai
 
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