Dirigentes y militantes de organismos de derechos humanos despidieron ayer los restos del ex presidente Néstor Kirchner y expresaron sus condolencias y su cariño a la presidenta Cristina Fernández. Las titulares de Abuelas de Plaza de Mayo y de las dos líneas de Madres pudieron darle un abrazo. “No llores porque me largo a llorar. Ya te escuché, dijiste que hay que trabajar fuerte, y vamos a trabajar fuerte”, le advirtió la Presidenta a Hebe de Bonafini, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Estela de Carlotto, de Abuelas, y Marta Vázquez, de Madres Línea Fundadora, le entregaron pañuelos blancos que Cristina ubicó sobre el féretro de su compañero. Luego de dejar la Casa Rosada por consejo médico, Hebe le escribió una carta a Kirchner. “Tu corazón seguirá latiendo en esta maravillosa juventud que con tu sabiduría encendiste”, celebró.

No había pasado media hora de la llegada de la Presidenta al Salón de los Patriotas Latinoamericanos cuando ingresaron Carlotto y Bonafini, que se estrecharon en abrazos interminables con Cristina Kirchner. Hebe volvió minutos después con otras dieciséis madres, entre ellas Juana Pargament, Ebel Petrini, Celia Prósperi y Rosita Maroti. “Fue un encuentro muy emocional, difícil de describir. Siempre que nos encontramos, aun en momentos felices, Cristina me dice que no la haga emocionar con discursos”, recuerda. “Me quedé un rato largo al lado de Cristina y del cajón. Después lloré mucho con (Aníbal) Fernández y con (Oscar) Parrilli. Es muy duro”, confiesa.

Al mediodía llegó hasta la Presidenta una delegación de dirigentes y militantes de Madres Línea Fundadora (Carmen Lapacó, Haydée García Buela, Laura Conte, Nora Cortiñas, Carmen Loréfice, Taty Almeida), Abuelas (Carlotto, Rosa Rosinblit) con un grupo de nietos, pibes de Hijos de distintos puntos del país, y más tarde una veintena de miembros del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). “No era momento de cruzar palabras pero le pude transmitir el cariño y el recuerdo de todas las Madres”, relata Marta Vázquez. “La noté cariñosa como siempre. La queremos como a una hija, para mí es mi hija, tiene la misma edad”, cuenta con la voz entrecortada. Las Madres le regalaron un pañuelo con el nombre de la agrupación. Ana María Careaga, sobreviviente y titular del Instituto Espacio para la Memoria, también pudo abrazar a la mandataria. “Pude darle un beso y decirle ‘fuerza, Presidenta’”.

Bonafini escribió una carta destinada a “Néstor, mi hijo”. “Quiero contarte que me atreví a pasar el primer día sin vos, con ese vacío que me dejaste y que creía que tardaría en llenar”, confesó Hebe. “Cuando llegaste a mi vida me volvió la alegría, me sentí más fuerte, acompañada, comprendida y respetada”, explicó. “Quiero decirte que, cuando llegué a la Plaza, parecía un espejismo: miles y miles de jóvenes te vivaban y decían ¡fuerza Cristina! Muchos me decían ‘empecé mi militancia con Néstor, ahora tenemos que estar firmes y juntos como él nos enseñó’. ¿Sabés, querido? Te cuento esto porque seguro no te lo imaginás: la mayoría me decía que la apoya a Cristina para las elecciones de 2011”, escribió.

“El corazón te jugó una mala pasada o tal vez con tu fuego se hinchó demasiado y quiso salirse del pecho, ése donde siempre se recostó Cristina. Decirte que hoy, mañana y pasado y dentro de muchos años tu corazón seguirá latiendo en esta maravillosa juventud que con tu sabiduría encendiste. Gracias, hijo, por permitirme vivir junto a vos y tus principios, gracias por vivir con tanta pasión. Estoy orgullosa de vos y de esta juventud que formaste para el proyecto nacional y popular, que es decir la liberación.”