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Apenas puso un pie en suelo argentino, Hugo Chávez se arrimó al micrófono dispuesto para que dejaran su mensaje los presidentes extranjeros que fueron llegando para asistir a las exequias del ex presidente Néstor Kirchner. “Desde mi corazón adolorido, desde el llanto contenido, les digo: ha muerto un justo, ha muerto un valiente, ha muerto uno de los más grandes entre nosotros. Llorarlo sería poco”, expresó el presidente de Venezuela, antes de unirse a la comitiva de dirigentes que acompañaron a la presidenta Cristina Fernández en la Casa Rosada. “Venimos convocados por esa pasión que fue Kirchner, convocados por esa pasión surista, sudamericana, unionista que fue Néstor”, indicó Chávez, quien luego se estrecharía en un fuerte abrazo con la mandataria argentina.

El avión que transportaba al presidente caribeño tocó tierra en el Aeroparque Jorge Newbery minutos antes de las 18. “Por primera vez en estos años, en este ir y venir a Buenos Aires, venimos con el llanto del Caribe, con el llanto del Orinoco para unirnos en el pesar, en el dolor al pueblo argentino, y a su Presidenta, nuestra hermana Cristina”, comenzó su discurso Chávez.

El bolivariano llegó al país acompañado por dos de sus hijas, por el canciller Nicolás Maduro y por otros miembros de su gabinete. “Antes de Kirchner era la noche, con Kirchner la Argentina comenzó a tener un proyecto nacional, propio, yo vi a la Argentina arrodillada”, recordó. “Venimos convocados por esa pasión argentina que fue Kirchner, por esa pasión surista, sudamericana, unionista que fue Néstor. Su gran virtud fue su valentía”, indicó el venezolano, eligiendo sus palabras y enfatizando el tono cada vez que pronunciaba el nombre del ex presidente argentino.

“Cuánto se nos parece la vida de Néstor Kirchner al título de la obra de un gran escritor argentino, Eduardo Mallea: Historia de una pasión argentina. Ese fue Kirchner”, describió Chávez. A pedido de los medios de prensa que cubrían su arribo, volvió a recordar entre “miles de anécdotas” la de la campera tricolor que le obsequió a Máximo. “Hace apenas 28 días, estábamos aquí, en Buenos Aires, convocados por Kirchner y por Cristina a Unasur, para levantar nuestra voz, contra la pretensión de la fuerza extremista de derrocar al gobierno de nuestro hermano Rafael Correa”, rememoró el último encuentro. “Llegó en el momento indicado y al lugar indicado. ¿Y qué lo llevó a él? –se preguntó–. Lo trajo aquí el pueblo argentino, la historia grande de esta tierra. La historia grande de este pueblo”, dijo. “La mejor manera de honrarlo es haciendo una patria nueva”, señaló el venezolano, al agregar que, para él, “nunca se irá”.

“Hoy nos sorprende el infortunio, pero este camino es así, esta pasión es así. Desde mi corazón adolorido, desde el llanto contenido, les digo: ha muerto un justo, ha muerto un valiente, uno de los más grandes entre nosotros... llorarlo sería poco”, parafraseó Chávez al poeta José Martí. “Sigamos su ejemplo y hagamos realidad el sueño de esta gran patria unida y libre. ¡Que viva Argentina, y que viva Kirchner para siempre!”, exclamó el mandatario caribeño, antes de partir.

Minutos antes de las 21, ingresó al Salón de los Patriotas Latinoamericanos, en la Casa Rosada, y en medio de una ovación, se confundió en un abrazo con CFK. Con los ojos vidriosos, saludó también a Florencia y Máximo Kirchner, depositó una flor sobre el cajón, y sin dejar de tomar de la mano a la Presidenta, mirando fijo el féretro, pareció dedicarle una oración.

Informe: Gabriel Morini.