Ayer, en Catamarca, donde reinauguró una fábrica textil recuperada por sus trabajadores, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio un discurso con un neto tono de campaña y salió al cruce de quienes especulan con su entereza tras la muerte de Néstor Kirchner: “Cuando me dicen ‘Fuerza Cristina’ les aseguro que tengo toda la fuerza del mundo”, se plantó, aunque volvió a aclarar que no va a ser “una mujer o un hombre el que va a garantizar que este proceso se profundice”, sino que convocó a “hombres y mujeres comprometidos que se jueguen” por el proyecto nacional y popular. Antes de su discurso, manifestantes del Frente para la Victoria y del Frente Cívico (del gobernador Eduardo Brizuela del Corral, radical ex K) se enfrentaron a piedrazos y botellazos, pero fueron rápidamente contenidos por un grupo de gendarmes. Kirchneristas y radicales se enfrentarán por la gobernación el próximo 13 de marzo, en lo que será la primera escala del almanaque electoral de este año.

“Necesito que me ayuden porque no puedo sola”, pidió la Presidenta, invocando a “hombres y mujeres que estén compenetrados con esta idea de país” para que se sumen al proyecto. “Si no, se me hace muy difícil”, advirtió. Aunque no dio definiciones sobre su candidatura, el tono de su discurso fue el de un político en campaña. Así, recordó que al Noroeste argentino, la zona más relegada desde lo económico y social del país, los dirigentes “siempre vinieron a buscar votos, pero nunca les dieron nada”, por lo que pidió “tener memoria” de lo que sucedía bajo gobiernos pasados.

“No es casualidad que en el NOA y el NEA, zonas históricamente olvidadas, hoy tengamos el aumento de consumo de cemento más importante del país. Nosotros tenemos el orgullo de poder pararnos frente a todos los argentinos, sean del partido que sean, y decir que hemos hecho todo lo que pudimos para mejorar la calidad de vida”, destacó, en uno de los pasajes más calientes de su discurso. También llamó a “concebir al país como uno solo, en un verdadero ejercicio del federalismo” y a “volver a una única consigna, la de Argentina, por sobre todos los partidos y todos los nombres”.

A un costado, sin aplaudir y por momentos evidentemente incómodo, la observaba el gobernador Eduardo Brizuela del Moral. Originalmente uno de los radicales que se plegaron al proyecto kirchnerista, abandonó el barco junto al vicepresidente opositor, Julio Cobos, la noche en que el Senado rechazó con su voto las retenciones móviles. Hoy se prepara para enfrentar a quien fuera su vice y actual senadora nacional, Lucía Corpacci, que ayer también estuvo presente en el acto. Hasta pocos minutos antes del comienzo, la presencia de Brizuela del Moral estaba en duda por los enfrentamientos de simpatizantes suyos con militantes peronistas. Sin embargo, tras la insistencia presidencial, accedió a tomar parte.

En el escenario también acompañaban a Cristina Kirchner el ministro de Trabajo y precandidato a jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Carlos Tomada, y el de Agricultura, Julián Domínguez; el titular del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas, Luis Caro, y el presidente de Encata, la textil recuperada, Raúl Cardozo. A través de videoconferencias, también se inauguraron un Sistema de Agua Potable y Desagües Cloacales para la ciudad de Andalgalá y un molino cementero vertical para la sede de Loma Negra ubicada en El Alto. De este acto fue parte la ministra de Industria, Débora Giorgi.

Catamarca será la primera provincia en acudir a las urnas en el extendido calendario electoral argentino del 2011. El domingo 13 de marzo, más de un cuarto de millón de catamarqueños elegirán a su gobernador y a legisladores provinciales. Los favoritos para la compulsa son Brizuela del Moral y Corpacci, y las encuestas por ahora vaticinan una leve luz a favor del gobernador. La presencia de Cristina esta semana busca dar el impulso necesario para que su candidata se imponga en la recta final.