Mientras la Asociación de Médicos Municipales, que cuenta con el apoyo del gobierno de Mauricio Macri, ratificó el paro que había anunciado el día anterior en reclamo de “un escenario seguro”, el presidente de la AMM, Jorge Gilardi, hizo énfasis cuidadosamente en que la medida tendrá “estricto sentido gremial y de ninguna manera connotaciones políticas”. Curiosamente, fue el primer paro recibido con vítores y expresiones de apoyo desde el gobierno de Macri no conocido precisamente por su simpatía con las medidas gremiales. “Nunca estoy a favor de los paros por los problemas que traen”, llegó a decir Macri, pero esta vez no fue nunca y se cuidó en aclarar que “entiendo que son médicos y no rescatistas ni Rambos que puedan afrontar los riesgos que tienen hoy”. El paro fue definido por la ministra de Seguridad Nilda Garré como “inflado”, mientras entidades de trabajadores y asambleas espontáneas cuestionaron la decisión unilateral de los dirigentes de AMM y Sutecba y no acatarán la medida.

“El paro es gremial y no político, y se sustenta en la necesidad de que los profesionales médicos cumplan sus tareas en el marco de una indispensable seguridad en los centros de salud”, aseguró Gilardi. La organización sindical que lidera, agregó, “no se opone a las decisiones que adopte el gobierno nacional en materia policial”, pero aún así expresó su convicción de que “las medidas deben ser graduales”. La huelga de hoy, según explicó, se tomó en razón de “los robos producidos en los últimos dos días en los hospitales, lo que pone en grave riesgo la integridad de médicos y familias”.

Antes del anuncio del paro, personal del Hospital Piñero denunció que, en la noche del miércoles al jueves se habían producido nuevos hechos de inseguridad tras el retiro de la custodia policial, algo por lo cual responsabilizaron de esta situación a “los funcionarios de turno”. La versión fue ratificada por Daniel Díaz, delegado del Sindicato Unico de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (Sutecba) en Piñero.

La ministra Garré declaró que encontraba “agrandado y claramente llamativo el lanzamiento de un paro por el robo de un celular como demostración de la situación de inseguridad”. Al explicar el cuestionamiento de la medida, la funcionaria agregó que el robo en cuestión había sucedido “el día anterior” al retiro de la custodia policial. Sin embargo, Rodríguez Larreta no dudó en responsabilizarla, al señalar que la medida de fuerza “es consecuencia directa” de su decisión. Macri, agregó el jefe de Gabinete porteño, no se victimiza, tal como había afirmado Garré, porque “hay que entender que en todo esto, las únicas víctimas son los chicos de las escuelas y los pacientes en los hospitales”.

Pero la protesta comenzó a ser duramente cuestionada desde dentro de los centros de salud. Médicos, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, agrupados como “Trabajadores del Hospital Piñero y Centros de Salud de su área programática en defensa de la salud pública”, dieron a conocer su disidencia en un comunicado ante “la imposibilidad de expresar nuestra opinión ante los representantes gremiales del hospital”. “La falta de seguridad”, afirman, excede “el hecho puntual del retiro de la Policía” porque es “un problema más complejo” que “responde a una ausencia de políticas integrales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aures y al vaciamiento sistemático en materia de salud, educación, vivienda y programas sociales”.

En primer lugar, aclaró en diálogo con este diario Alejandra Bozzini, médica psiquiatra del Piñero y uno de sus Centros de Salud, frente al Barrio Rivadavia, “el paro fue una decisión para la que no se escuchó la voz de nadie”. Tan incomprensible le resulta la medida de fuerza como el hecho de que, esta vez, el gobierno porteño no haya advertido que descontaría los días no trabajados del sueldo de los huelguistas.

“Los representantes de entidades gremiales hablaron con el director y decidieron. Sólo después organizaron una asamblea y comunicaron la decisión que habían tomado. No se abrió el juego a que podamos expresarnos, a que se escucharan todos lo puntos de vista de quienes trabajamos en el hospital y sus Centros de Salud.” Actualmente, los Centros de Salud, que en algunos casos contaban con custodia de la PFA y en otros de efectivos de seguridad privada, “no están funcionando porque no están dadas las condiciones” porque, tras el retiro de la custodia, “se desorganizó todo”.

Pero “la seguridad es más amplia que decir ‘tiene que estar la Policía Federal y se acabó’. Hay que sentarse, charlar y rearmar el esquema. Nuestro planteo es que éste puede ser el momento adecuado para replantearlo y hacer un plan orgánico y útil de seguridad. Por ejemplo: podría estar la Policía Metropolitana, que no hay en el barrio. Eso se tiene que decidir con la comunidad, que también está complicada: hay pocas vacantes en los colegios secundarios de la zona, no hay guarderías, hay una serie de carencias que exceden el hecho de que esté o no la policía. Esa es nuestra posición”.

Posturas similares dieron a conocer trabajadores de todas las áreas de los hospitales Penna y Tobar García. También la Asociación de Bioquímicos porteña (Abcba), que se desligó de la decisión de AMM y Sutecba por haber sido tomada “de un día para el otro” y “sin el consenso de las bases”. Por ello “no resuelve nada, y termina siendo funcional a intereses políticos ajenos a la problemática de los trabajadores”. Para esta mañana, a las 8.30, estos grupos de trabajadores convocaron asambleas en los hospitales. La Abcba, por su parte, también pidió a los bioquímicos que “realicen asambleas en los laboratorios y nos remitan sus conclusiones, por intermedio de los delegados”.