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Será cierto que tal como afirma el cancionero popular “de lejos se ve más claro”. A pesar de que a la hora de responder por sus preferencias electorales para las presidenciales del próximo 27 de abril, la mayoría de los encuestados se inclina por el no sabe, no contesta, el senador brasileño Aloizio Mercadante no dudó en señalar ayer que “los argentinos están buscando un candidato como Lula”. Hombre de confianza del presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva en temas económicos, Mercadante pareció reparar en un trabajo del publicista Duda Mendoça, muy comentado entre los dirigentes del PT, que indicaría que los argentinos ven en Lula a un dirigente que está contra la corrupción y contra las antiguas estructuras políticas.
Para el senador, la figura de Lula está llamada a tener un rol destacado en la región. Por eso sostuvo que “este favoritismo de Lula en la Argentina confirma su liderazgo regional y muestra a nuestro presidente como aquel que tiene la cara de América latina”. Algunos consultores y sociólogos consultados por Página/12 plantearon sus dudas respecto de las definiciones de Mercadante.
Para Analía del Franco, directora de Research Internacional Analogías, “el conocimiento que los argentinos tienen de Lula es bajo. Lo identifican con nuevos aires y con cierto tinte progresista”. Para la consultora suele ser el espacio de la centroizquierda el que más se referencia con las posiciones de Lula. Para ella, tanto la lucha contra la corrupción como el rol de las antiguas estructuras partidarias no es un tema excluyente de la izquierda sino que atraviesa a distintas definiciones políticoideológicas. El sociólogo Ricardo Sidicaro sostiene que “existe una buena parte de la sociedad que adheriría a una convocatoria tan inteligente como la que Lula hizo en Brasil”. Claro que el nucleamiento tendría que vertebrarse sobre “la integración social y una propuesta solidaria que suture las fracturas que generó el neoliberalismo”.
Para el sociólogo Horacio González, el publicista Duda Mendoça dio a Lula un nuevo estilo que se podría definir como “hablar con el corazón”. “Me parece dudoso que ese estilo pueda resultar en la Argentina. Estas viñetas de sentimentalidad me da la impresión que no darían resultado aquí. Esos tipos de pensamiento son concretos en Brasil y abstractos en la Argentina”. Más allá de las comparaciones y matices entre ambas realidades, Mercadante supo mostrarse como un dirigente muy sensible con la realidad argentina. No por casualidad suele repetir un verso de Jorge Luis Borges que define a la ciudad con una ternura que pocos porteños suelen emplear: “Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el agua y el aire”.