Domingo, 6 de noviembre de 2011 | Hoy
EL PAíS › LA DISPUTA POR EL CONTROL DEL RADICALISMO
Los radicales que gobiernan ciudades importantes formalizaron su unión para enfrentar al alfonsinismo.
Por Sebastian Abrevaya
“Los intendentes aquí reunidos, legitimados por la voluntad popular, exigimos: renovación, vocación de poder y participación en la estrategia nacional para la construcción de un nuevo radicalismo.” Así concluye el documento firmado ayer por el grupo de intendentes radicales que gobierna varias de las ciudades más importantes del país. Encabezados por el cordobés Ramón Mestre, los jefes territoriales anunciaron que el 17 de noviembre, un día antes de la Convención Nacional, realizarán un gran encuentro en la ciudad de Buenos Aires, que servirá de demostración de fuerza frente al alfonsinismo, que quiere retener el control de la UCR después del 11 por ciento obtenido en las elecciones de octubre.
Desde la localidad de Tanti, en Córdoba, el grupo de intendentes dio el primer paso para pedir la renovación de dirigentes y de ideas dentro del radicalismo. “Acá hay un plan A, que es el consenso con el alfonsinismo de que tiene que haber una renovación, pero una renovación de verdad. Y, si no, el plan B es dar la batalla y morir en la nuestra.” Esa es la cruda síntesis, en boca de uno de los presentes, del encuentro organizado por Mestre y del que participaron los intendentes mendocinos Víctor Fayad y Alfredo Cornejo, el santafesino José Corral, el fueguino Federico Sciurano, los bonaerenses Mario Meoni y Héctor “Cachi” Gutiérrez, entre otros. Además asistieron cinco diputados nacionales enfrentados con el alfonsinismo: Oscar Aguad, Daniel Katz, Jorge Alvarez, Hipólito Faustinelli y Mario Barbieri. Otro que se sumó es Jorge Henn, vicegobernador de Santa Fe.
Pero el gran ausente fue el intendente saliente de la ciudad de Santa Fe, Mario Barletta, impulsado por este grupo como candidato a presidir el Comité Nacional. Barletta había confirmado su presencia pero luego se bajó para no quedar “pegado” y mantenerse como una figura “neutral”. A cambio, el viernes por la noche mantuvo contacto con varios referentes de este sector. De todas maneras la actitud del santafesino no terminó de convencer. Algunos dirigentes consideraron que Barletta se equivoca al no involucrarse con el espacio porque le terminaría pasando lo mismo que a Ernesto Sanz, que fue candidato de unidad pero “el alfoninismo se lo llevó puesto”. Más allá de esto, todavía no encontraron la forma para que Barletta pueda sortear el obstáculo formal que le arrojaron desde el alfonsinismo: el santafesino no cumple con el requisito de ser delegado del Comité Nacional, por lo que no podría ser presidente del partido.
“Yo no me voy a poner a puntear delegados y convencionales. Eso es para los que están enquistados adentro del partido, no para los que tenemos responsabilidad de gestión”, aclaró Fayad ayer durante la reunión. Fue también una respuesta a las declaraciones del alfonsinismo, que la semana pasada salió a decir que tiene los votos necesarios para quedarse con la conducción aunque intentará alcanzar un consenso. Por lo bajo, los intendentes reconocieron que no tienen la fuerza necesaria para imponerse en la estructura burocrática del partido. Pero tratarán de hacer valer su peso electoral. “La mayoría que tienen ellos es que conducen a 10 delegados, nosotros tenemos la mayoría de 2,5 millones de personas que nos votaron”, se despachó ayer Meoni, intendente de Junín.
Ese es el objetivo de la convocatoria del 17. A través del foro de intendentes radicales, que preside Fayad, van a reunir a todos los jefes comunales, legisladores, concejales y militantes con la idea de demostrar dónde está “el poder real”. La fecha tampoco es casual, al día siguiente se reunirá en Vicente López la Convención Nacional, el órgano partidario que proclamará la necesidad de reformar la Carta Orgánica. Desde el alfonsinismo quieren establecer el voto directo solamente del presidente del partido, mientras que el resto de la mesa de conducción se elegiría mediante un complejo sistema colegiado. Los intendentes, en cambio, quieren que el voto de los afiliados defina a toda la cúpula partidaria para que el presidente no quede aislado. De todas maneras, esta reforma se concretaría el año próximo, en una segunda reunión de la Convención.
Mientras tanto, la lucha ya arrancó. Habrá que esperar para saber si, como dijeron ayer en Córdoba, la dirigencia de la UCR se parece a un equipo de voley: “Lo único que hacen es rotarse”.
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