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La secretaria de Derechos Humanos bonaerense, Sara Derotier de Cobacho, fue ratificada en su cargo por el gobernador Daniel Scioli. Sin embargo, el subsecretario del área, Fernando Cano, fue removido y será reemplazado por el sociólogo Gustavo Nahmías. El movimiento de funcionarios es consecuencia de los incidentes que denunció un grupo de trabajadores de la secretaría por golpes de una patota de la que sindican a Cano como referente.

“El cambio es para descomprimir la situación con los gremios”, señaló a Página/12 un funcionario de la gobernación que aludía a las denuncias que llevaron a Cano a ser destituido en la subsecretaría, aunque se desempeñará en el cargo que desarrollaba Nahmías en la Dirección de Planeamiento y al frente de la Escuela de Gobierno. En el entorno del gobernador aclararon que el enroque no significaba “un cambio en la política de derechos humanos” que lleva adelante Cobacho, a pesar de las insistentes críticas de organizaciones defensoras de los derechos humanos y un sector del kirchnerismo y los rumores que anticipaban su renuncia.

Dos semanas atrás, un grupo de trabajadores de la cartera que conduce Cobacho realizó una denuncia por agresiones de “una patota de patovicas” que los golpeó mientras tenían una reunión con el director de Promoción, Manuel Oteriño. Los empleados, quienes mantuvieron una reunión con el vicegobernador Gabriel Mariotto, que los recibió en su despacho, señalaron que Cano era el jefe de los agresores.

El flamante subsecretario es doctor en Ciencias Sociales de la UBA y profesor adjunto de la Cátedra de Pensamiento Social Latinoamericano de la Universidad de Buenos Aires que dirige el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González; además es referente del grupo de intelectuales Carta Abierta. Nahmías se desempeñaba en la Dirección de Planeamiento desde hace cuatro años y “forma parte del grupo de trabajo del jefe de Gabinete, Alberto Pérez”, explicó un funcionario del área. “Tiene un perfil técnico que lo margina de las internas de las organizaciones de derechos humanos y puede articular con los sindicatos”, agregó el dirigente sciolista.

La gestión de Cobacho es resistida por organismos de derechos humanos, que la acusan de diversas irregularidades, pero principalmente de ser contemplativa con la política de seguridad y las condiciones de las cárceles bonaerenses. El gobernador respaldó a la octogenaria, pero también respondió a las presiones del kirchnerismo al remover a Cano, quien está casado con la nieta de la funcionaria.