Viernes, 24 de febrero de 2012 | Hoy
EL PAíS › EL DOCUMENTO DE INTELECTUALES SOBRE MALVINAS
El texto recibió nuevos cuestionamientos de dirigentes de distintos partidos políticos. También fue reprobado por una organización de ex combatientes.
Por Werner Pertot
El documento de los diecisiete periodistas, académicos, cineastas y un ex profesor de voley reunió más críticas de los distintos partidos: ayer se sumaron el radicalismo, el peronismo disidente y el PRO. Una organización de ex combatientes también cuestionó la postura del grupo y consideró que “sólo la desinteligencia” podía llevarlos a afirmar que la Argentina debería “abdicar de la intención de imponerles” a los malvinenses “una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean”. Desde la Cancillería, Oscar Laborde consideró que el documento es “una actitud cipaya, como pocas veces se ha visto en la historia de nuestro país”.
El texto “Malvinas: una visión alternativa” fue difundido el miércoles, entre otros, por Beatriz Sarlo, Luis Alberto Romero, Juan José Sebreli, Vicente Palermo, Emilio de Ipola y el ex diputado de la Coalición Cívica Fernando Iglesias, del que su propio espacio político se despegó con velocidad. Los diecisiete demandaron que la Argentina cambie su posición de reclamo sobre las islas, dado que “la historia no es reversible”. También destacaron que la isla está habitada por ingleses desde hace casi dos siglos y que se debe tener en cuenta su “derecho a la autodeterminación”.
El vicepresidente segundo de la Cámara de Diputados, el radical Mario Negri, advirtió a Página/12: “Respeto las opiniones, pero el radicalismo tiene una posición clara e histórica sobre esto. No hay que ser xenófobo. Hay que tener un ambiente plural. Es una opinión que, en términos de autodeterminación, no comparto. Desde el gobierno de Illia la resolución de la ONU habla de contemplar los intereses de los isleños, pero no tiene nada que ver con autodeterminación dado que es una población implantada”.
“La propuesta parecería ser que dejemos las Malvinas”, interpretó el jefe de la bancada del PRO, Federico Pinedo. “Que esas dos mil personas –descendientes de invasores– decidan por un territorio argentino ocupado por una fuerza militar es un acto de colonialismo. Respeto su opinión, pero no creo que ésa pueda ser la posición de la Argentina”, destacó. “Sería abandonar hasta las decisiones de las Naciones Unidas. Y toda la acción diplomática de la Argentina desde 1833 hasta acá, y de todos los países que nos han acompañado. La verdad, es inaceptable”, consideró.
“Soy de los que van a entender que las Malvinas son argentinas y no podemos de ninguna manera dejar de lado la lucha por la soberanía”, consideró Gustavo Ferrari, la mano derecha de Francisco de Narváez. “Rechazo la autodeterminación, porque no son pueblos originarios. Es población extranjera sobre territorio argentino”, indicó el diputado del bloque Frente Peronista. “Siempre respeto las opiniones de todos. En lo único que puedo acordar es en que tenemos que intentar medidas audaces de acercamiento a los isleños”, estimó.
La organización Ex Combatientes por la Memoria, la Paz y la Soberanía rechazó la posición de los diecisiete y consideró que “sólo la desinteligencia puede tratar de argumentar que los 40 millones de argentinos no tenemos derecho de ejercer la soberanía en nuestro territorio y disponer de los recursos usurpados en forma unilateral por Gran Bretaña”, afirmaron los ex combatientes. Ante el pedido de los diecisiete de que el Gobierno dialogue con los isleños, los ex combatientes advirtieron que “viven en una aldea controlada y no toman ninguna decisión en cuestiones de política exterior. Forman parte de los territorios de ultramar de la Cancillería británica y el gobernador lo impone” la corona. “Conviven en una relación de un habitante por un miembro de las fuerzas armadas británicas”, indicaron. “Los isleños viven totalmente amordazados con los medios de comunicación, donde prima la señal de TV BFBS (de las bases militares británicas) y no se respetan las normas básicas en la relación laboral.”
En tanto, el representante especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería, Oscar Laborde, remarcó que “en momentos en que el Gobierno logró unificar adhesiones de todos los países latinoamericanos y numerosas naciones del mundo, encontramos actitudes que pretenden equiparar reclamos de soberanía con los intereses de los habitantes de las islas”. “Es necesario preguntarse: ¿a quién le sirve una declaración como ésta? Porque va mucho más allá de un enfrentamiento con el Gobierno, ya que Malvinas es una política de Estado sobre la que se construyó consenso con prácticamente todos los partidos de la oposición. En esas respuestas está el sentido profundo y la gravedad de ese documento”, consideró el funcionario.
En tanto, el diputado kirchnerista José María Díaz Bancalari remarcó que se trata de “una postura a favor de los británicos y no de los argentinos” y que “bastardean el espíritu de las resoluciones de las Naciones Unidas que instan al diálogo”. Por su parte, el senador kirchnerista Marcelo Guinle interpretó que buscan “una política de seducción de los ocupantes de las islas que recuerda a los ositos Winnie Pooh del ex canciller Guido Di Tella”. “Pareciera que algunos, en su afán por diferenciarse, no dudan en mezclar como sea un poco de sociología, otro tanto de filosofía, algo de historia, una pizca de derecho y vestigios de literatura para intentar sentar una postura que, más allá de su repercusión mediática, carece de todo sustento jurídico, histórico y político.”
Aunque estaba de viaje por la Antártida, el presidente del Partido Intransigente Capital, Julio Guarido, advirtió que su partido presentará una denuncia judicial contra los diecisiete por “traición a la patria”.
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