Hugo Yasky, Carlos Tomada, Martín Sabbatella y David Blaustein.
Imagen: Télam.

El principal blanco de la última dictadura militar fue la clase trabajadora. Ese fue el punto central en el que coincidieron ayer referentes políticos, sindicales y de los organismos de derechos humanos, en la jornada por la memoria que organizó el partido del diputado Martín Sabbatella, Nuevo Encuentro, que reunió a unas 500 personas frente al lago del Parque Centenario. “Los militares fueron el brazo armado de los intereses económicos de la Argentina”, afirmó Sabbatella.

“No hay mayor orgullo para un ministro de la democracia que estar sentado al lado de un enorme dirigente de base como es Beto Pianelli, con quien me peleo mucho, y de un enorme secretario general como es Yasky.” Con esas palabras, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, puso en palabras una imagen llamativa al cierre de una semana atravesada por la tensión de la paritaria docente. Tomada; el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, y el líder del gremio de trabajadores del subte, Roberto Pianelli, compartieron un panel sobre el movimiento obrero. “Nunca ha habido una ruptura de vínculos con los sindicatos. Los procesos de negociación no implican quiebres definitivos, sino de- sacuerdos transitorios, y mucho más con quienes compartimos la dirección del proyecto, que es la defensa del empleo y del salario”, explicó Tomada, en diálogo con Página/12.

Pianelli, que tenía puesta una remera del Hotel Bauen –hoy recuperado por sus trabajadores– y una gorra azul con el escudo del club serbio Estrella Roja de Belgrado, fue el primero en hablar y se remontó en los orígenes de las organizaciones sindicales. Luego de recordar a los anarquistas, comunistas y socialistas de las primeras centrales en Argentina y analizar el rol de las comisiones internas y los cuerpos de delegados a lo largo de toda la historia, Pianelli concluyó: “Sin la clase obrera, no habría habido ninguna posibilidad de llegar adonde llegamos hoy, gracias a la resistencia de los trabajadores y el movimiento piquetero”. Lo siguió Yasky, quien recordó al maestro y dirigente gremial tucumano asesinado en la última dictadura, Isauro Arancibia. “Jamás imaginé estar en una ofensiva del campo popular. Porque ese es el momento que hoy estamos viviendo”, aseguró Yasky, quien llamó a “generar instancias donde la mística y la movilización sigan estando presentes”, para “seguir peleando contra los poderes fácticos”. Tomada, a su turno, hizo hincapié en la represión de los trabajadores en la última dictadura. “La presencia de las fuerzas militares en las puertas de las fábricas es la imagen más clasista de la confrontación con los obreros industriales: ellos fueron el objetivo”, aseveró el ministro.

A esa mesa le siguió una entrevista abierta del periodista Mariano Hamilton a Sabbatella y al diputado Carlos Heller, en la que Sabbatella criticó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli: “No expresa el universo de transformación que vive la Argentina”, dijo el diputado. Los siguió un panel integrado por el periodista Horacio Verbitsky, quien recordó su correspondencia con el poeta Juan Gelman. “En una de esas cartas yo le decía que no teníamos mejor destino que ser combustible fósil para las nuevas generaciones. Creo que eso es lo que hoy somos”, afirmó.