“Ella no se aleja ni se va a ir a ningún lado”, sentencia sin medias tintas uno de los hombres más cercanos a Elisa Carrió, la ex jefa de la Coalición Cívica-ARI que se encuentra de viaje en México por el bautismo de su nieta. Más allá de la aclaración, la tensión entre la chaqueña y la conducción actual de esa fuerza –en manos de Adrián Pérez, Pablo Javkin y Horacio Piemonte– alcanzó esta semana su punto más alto, cuando el Congreso Nacional del partido resolvió avanzar en el diálogo con otras fuerzas políticas como el FAP, la UCR y Proyecto Sur, sin recibir el aval previo de Lilita. Aunque aseguran que falta mucho para las elecciones de 2013, Carrió está concentrada en su Movimiento de Resistencia y crece en la C-ARI la incertidumbre respecto de su futuro político. “Esperamos que nos acompañe. Vamos a dialogar con ella”, asegura Javkin, el nuevo secretario general del partido.

Elisa Carrió llegó a ser una de las protagonistas centrales de la política argentina. En plena crisis post-debacle de la Alianza, en 2003, obtuvo el 14 por ciento de los votos. Cuatro años más tarde, fue la segunda candidata presidencial más votada, con el 23 por ciento. En 2009, encabezó una alianza con el radicalismo y el socialismo, el Acuerdo Cívico y Social, con el que rondó el 30 por ciento a nivel nacional. Y hace apenas siete meses sacó el 1,8 por ciento como candidata presidencial, menos que Jorge Altamira, del Frente de Izquierda.

Así es como de los centenares de dirigentes que supieron seguirla, sólo un puñado queda hoy al lado de Carrió. El dirigente social Héctor “Toty” Flores, con quien conduce el Movimiento Humanista de Resistencia 2012 y la ex diputada Elsa “Tata” Quiroz, en provincia de Buenos Aires. “La japo”, como le dice a la diputada chaqueña, Alicia Terada, fue una de las pocas representantes de Carrió en el Congreso partidario del jueves. El otro que la defendió y cuestionó que “tiren a Lilita por la ventana” fue el porteño Claudio Bargach.

Un segundo grupo de dirigentes que supieron ser “lilitos” como los legisladores Maximiliano Ferraro o Fernando Sánchez ya no se ajustan a ese calificativo y ganan autonomía. La senadora María Eugenia Estenssoro mantiene un diálogo fluido con el FAP de Hermes Binner, a través de su colega Norma Morandini. En el pasado quedaron ya los divorcios con Eduardo Macaluse o Carlos Raimundi, Enrique Olivera, Margarita Stolbizer y recientemente hasta Patricia Bullrich habla de su propio partido después de convertirse en la única legisladora nacional que metió la CC en 2011.

“Ahora está con su nieta. Cuando vuelva la llamás y le preguntás a ella”, responde sin demasiada paciencia una dirigente incondicional de Carrió al ser consultada por la posibilidad de una ruptura definitiva. “No se va a ir del partido que ella fundó. No se va a ir, ni los va a criticar públicamente. Pero hoy no comparte la toma de decisiones. No la consultan. Ella va a seguir laburando y aportando desde el ámbito social, con Toty”, relatan en su entorno, en el que cargan contra Adrián Pérez, su candidato a vice: “Le pidió que le firmara una carta para una beca y ahora quiere llevársela puesta”.

El año próximo concluirán los mandatos de los seis legisladores que tiene la Coalición Cívica-Ari, entre ellos, Carrió. Con uno ojo puesto en las legislativas que vienen y en la polarización entre el kirchnerismo y el macrismo es que la nueva conducción del partido busca acercamiento con los socialistas, los radicales, el GEN y Proyecto Sur. “Nadie le va a decir que se vaya. Nosotros seguimos por este lado y si no nos quiere acompañar que no venga”, sintetizó uno de los participantes del encuentro de la última semana.

Cerca de Carrió aseguran que no fue invitada al encuentro partidario pero que de todas maneras le envió una carta a Pérez diciéndole que no se opone al diálogo con fuerzas democráticas. “Ella tiene un doble discurso porque mandó una carta que dice eso pero después putea a Binner y al radicalismo. Y les dice traidores a los suyos por acompañar lo de YPF. Ella ya fue, quedará como alguien con opinión en los medios”, concluye, lapidario, un dirigente que supo formar parte de la Coalición.