EL PAíS › LA DECLARACIóN DE FLAMARIQUE EN EL JUICIO POR LAS COIMAS EN EL SENADO

El viejo guión de la conspiración

El ex ministro de Trabajo de la Alianza, uno de los imputados en la causa, negó haber dicho “para los senadores tengo la Banelco” y argumentó que la denuncia de los sobornos surgió de una operación encabezada por Chacho Alvarez para desestabilizar a De la Rúa.

 Por Ailín Bullentini

Luego de la obvia negación de las acusaciones que pesan en su contra en el juicio por las coimas en el Senado, de descalificar al fiscal Federico Delgado y al juez Daniel Rafecas, quien dictó su procesamiento y el de los otros siete imputados, después de definir como “mitómano” al arrepentido ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto, el ex ministro de Trabajo de la Alianza Alberto Flamarique dejó para el final de su declaración indagatoria al ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez –el último enemigo que tuvo en la arena política– y lo acusó de encabezar una operación para desestabilizar al gobierno de Fernando de la Rúa. “Nadie me saca de la cabeza –dijo– que Chacho armó el anónimo” con una versión del pago de sobornos por parte de la gestión aliancista a un grupo de senadores, y que en agosto de 2000 él mismo leyó en una reunión de Labor Parlamentaria, lo que significó la instalación del tema en los medios de comunicación. Junto a las declaraciones de los ex senadores peronistas Remo Costanzo y Ricardo Branda –ambos apuntaron también a Rafecas y a Delgado y abonaron la trama conspirativa–, la de Flamarique fue la última indagatoria a los imputados que tiene el juicio. Se espera que mañana declare como testigo Chacho Alvarez.

“Estas maniobras a las que todos nosotros fuimos sometidos tienen que ver con las acciones de Chacho Alvarez”, denunció Flamarique cuando promediaba su exposición ante el Tribunal Oral Federal Número 3. Según su versión, la actitud desestabilizadora del ex vicepresidente respondió a una búsqueda de venganza en respuesta a “una operación que (el entonces titular de la SIDE, Fernando) De Santibañes le había armado con la tapa de la revista La Primera”, en la que se hacían públicas supuestas cuestiones personales de Alvarez.

“Entendí claramente la maniobra política”, destacó Flamarique en referencia a las tapas de los diarios del lunes 7 de agosto de 2000, cuyos titulares, producto de entrevistas ofrecidas por Alvarez, “daban a entender dos ideas bien claras: que si hubo coimas las pagó el gobierno y que si hubo coimas es el fin de la política”, dijo Flamarique. Señaló ese hecho, también, como el punto desde el que “los caminos comenzaron a bifurcarse” en cuando a la relación que lo unía a Alvarez –los dos provenían del Frepaso–. “Chacho tiró esa bomba neutrónica, se fue a Brasil y nosotros nos quedamos con el culo mirando al norte dando explicaciones”, concluyó.

El señalamiento a su ex compañero fue lo más fuerte de su extensa declaración –que no dejó resto para que las partes le plantearan preguntas, cosa que sucederá mañana–. Pero no fue lo único que dijo. Flamarique negó “terminantemente” la acusación de cohecho que tiene en la causa: “Yo no ofrecí a ningún funcionario público ninguna suma de dinero”. También negó que haya salido de su boca la famosa frase “para los senadores tengo la Banelco”, aunque evitó decir el nombre de la empresa. “Hay algo que dicen que dije que ha marcado la situación y que el juez y el fiscal tomaron como otro supuesto indicio. No lo dije. ¿Qué razón tendría para haberlo dicho? ¿Para qué?”, remarcó a los gritos.

Además, dedicó gran parte de su monólogo de cuatro horas a desmentir “los indicios consistentes” que Delgado y Rafecas señalaron en las requisitorias para su procesamiento: “Cuando tienen ese grado de parcialidad y de cinismo habría que preguntarles por qué lo hacen”, destacó en relación con quienes lideraron la investigación judicial. Y sentenció: “Son mentes difamadoras, un lamentable fiscal y un juez peligroso para la República”.

En esa línea, desmintió que la ley de reforma laboral –el objeto del presunto cohecho– haya sido una “urgencia del FMI”: “La ley era un punto a desarrollar del programa político de la Alianza, que fue trabajada antes de asumir el gobierno, presentada en Diputados en enero de 2000 y aprobada en abril de ese año”. Reconoció que le pidió a De la Rúa “centralizar” las negociaciones de la ley en él “pero solo las referidas a los gremios” y, aunque discutió insistentemente las pruebas de ubicación telefónica aportadas en la instrucción, admitió que estuvo en la Casa Rosada el 30 de marzo de 2000, fecha en la que Rafecas situó la reunión entre los senadores peronistas, el jefe del bloque radical en la Cámara alta, José Genoud, y De la Rúa, en la que éste último habría dado vía libre a las coimas. Pero aclaró: “Estuve en una reunión larga y extensa de la mesa nacional del Frepaso en el despacho de Alvarez. ¿Cómo se puede estar en dos lugares al mismo tiempo?”, ironizó. Por último, calificó a Pontaquarto de “mitómano”, lo acusó de inventar la reunión en la que él se habría encontrado con Genoud y De Santibañes en el departamento de este último, y de que podría haber levantado “dos bultos de más de 50 kilos”. “Pontaquarto dijo que tenía una doble vida. ¿Cómo se hace para mantenerse en esa situación sin mentirle a su familia, a sus hijos?”, preguntó.

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En su defensa, Flamarique cargó contra el juez y el fiscal y calificó de “mitómano” a Pontaquarto.
Imagen: Télam
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